La organización humanitaria Oxfam Intermón ha levantado una voz de alarma ante el uso del hambre como una táctica de guerra en la región de Gaza.
En un comunicado dirigido a los líderes de la Unión Europea, la organización ha urgido a buscar un alto el fuego inmediato e incondicional entre todas las partes involucradas en el conflicto.
Oxfam Intermón ha destacado que la inacción solo servirá para empeorar la situación humanitaria y complicar aún más la crisis en la región.
La falta de acceso a alimentos y ayuda humanitaria en Gaza ha sido una preocupación crítica para la organización, citando datos de la ONU que resaltan la dramática disminución de la asistencia desde la imposición del asedio.
Además, Oxfam Intermón ha recordado que el Derecho Internacional Humanitario prohíbe estrictamente el uso del hambre como arma de guerra y ha enfatizado la responsabilidad de Israel, como potencia ocupante en Gaza, de garantizar el acceso de la población a alimentos y suministros básicos.
En un desarrollo preocupante, Israel ha anunciado la negación de visados a representantes de Naciones Unidas como represalia por los comentarios del secretario general, António Guterres, sobre el conflicto en Gaza. Esta petición ha generado una crisis diplomática, suscitando preocupaciones sobre el papel del organismo en la resolución de conflictos internacionales.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su gabinete de guerra han acordado continuar la ofensiva en Gaza, manteniendo una postura cautelosa ante los movimientos de Irán en la frontera del Líbano. Las preocupaciones sobre una posible escalada y la participación de Hezbollah, respaldada por Irán, han planteado serias inquietudes en la región.
Netanyahu, junto con otros líderes mundiales, ha urgido a centrarse en Hamás y evitar una mayor participación de Irán en el conflicto, al mismo tiempo que se busca la liberación de civiles retenidos en la Franja de Gaza.
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su profunda inquietud por la condición de aproximadamente 200 rehenes israelíes retenidos por el grupo terrorista Hamás desde el 7 de octubre.
En un comunicado reciente, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha enfatizado la importancia de obtener pruebas de supervivencia para garantizar los derechos humanos de las víctimas y atender las necesidades de atención médica urgentes, especialmente considerando la presencia de niños y trabajadores de la salud entre los rehenes.
La tragedia personal también ha afectado a la región, ya que el reconocido reportero de Al Jazeera, Wael al-Dahdouh, ha sufrido una pérdida devastadora durante los recientes acontecimientos en Gaza. Su esposa, hijo e hija perdieron la vida en un bombardeo israelí en su residencia en Nuseirat. Las desgarradoras imágenes de al-Dahdouh recibiendo la noticia han conmovido a la audiencia global, subrayando el impacto humano de la situación.
Mientras tanto, las tensiones relacionadas con la cobertura de Al Jazeera sobre el conflicto en Gaza han ganado terreno.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha instado a Qatar, el país que financia la cadena, a moderar su enfoque hacia Hamás, alegando preocupaciones sobre la exacerbación de tensiones en la región.
A pesar de las acusaciones, Al Jazeera ha reafirmado su compromiso con la imparcialidad y la cobertura objetiva de los eventos en la región.
En este contexto, la situación en Gaza continúa siendo crítica y requiere una respuesta urgente y coordinada por parte de la comunidad internacional para evitar un mayor deterioro de la crisis humanitaria en la región.
La propuesta del ministro de Exteriores español de celebrar una conferencia de paz en Barcelona a finales de noviembre ha ganado respaldo, con llamados a la Presidencia española de la Unión Europea para liderar una resolución justa y duradera basada en el derecho internacional.
Imagen satelital del vecindario de Izbat Beit Hanoun en la Franja de Gaza.
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