El Senado de México aprobó con mayoría calificada la reforma energética que beneficia a las empresa estatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, conocidas como Pemex y CFE, para quitarles criterios de competencia y darles un carácter de servicio público.
Con 86 votos a favor del Partido Morena, Verde y del Trabajo, uno más del senador Miguel Ángel Yunes Márquez, 39 en contra del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, además de una abstención de la senadora Amalia García Medina de Movimiento Ciudadano (MC) los legisladores aprobaron cambios a los Artículos 25, 27 y 28 de la Constitución mexicana.
Los cambios eliminan el concepto de “empresas productivas del Estado” y lo reemplazan por “empresas públicas del Estado”.
En lo particular, los artículos reservados también fueron aprobados en sus términos con 86 votos a favor y 39 en contra por lo que fue enviada a los congresos estatales para su consideración.
La reforma establece que serán las leyes las que definirán cómo los actores privados podrán participar en la industria eléctrica, pero aclara que en ningún caso dichas actividades tendrán prioridad sobre la empresa pública del Estado, detalló el Senado en un comunicado.
La reforma fue iniciativa del expresidente Andrés Manuel López Obrador luego de múltiples fracasos administrativos, legislativos y judiciales para beneficiar a Pemex y CFE. Tras la aplastante victoria electoral de Morena y sus aliados, el mandatario pudo aprobar cambios que beneficien a la compañía.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, dijo el 15 de octubre que será en las leyes secundarias donde se definirán las implicaciones del concepto de empresa pública y los esquemas de inversión en el sector energético.
La mandataria también comentó que será hasta 2025 cuando presente el plan nacional de energía.
Laura Itzel Castillo Juárez, de Morena, expresó que el proyecto “da pasos firmes” para la recuperación de la soberanía energética del país, con lo que se revierten los cambios que se realizaron con la reforma energética de 2013, que lo único que pretendía era “desmantelar” a Pemex y CFE, “para chatarrizarlas y entregarlas al mejor postor”.
Por Acción Nacional, Imelda Sanmiguel Sánchez aseguró que la reforma representa una regresión en materia energética, ya que pretende “endosarle” a las y los mexicanos el déficit bajo el que operan Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad; es decir que, se comprometerá el futuro de las siguientes generaciones, “bajo el argumento nacionalista de la soberanía energética.