Cada que comienza el año podemos observar cómo es que la mayoría de las personas vuelve a creer que tienen una nueva oportunidad para lograr cosas que siempre han soñado; cumplir sus metas laborales y personales. Podemos observar el positivismo en el aire de manera global y no estoy en contra de externar con más fuerza ese sentimiento porque he de admitir que yo también lo hago, pero realmente creo que es algo que se podría tener todos los días sin importar el cambio de año.
Ahora, creo que los vision boards juegan un papel muy importante en este inicio de año. Para los que no sepan qué es de lo que hablo, les platico que un vision board es una superficie en la cual plasmas tus metas para el año que está comenzando. Puedes hacerlo en una cartulina, un pizarrón o cualquier otro material en el cual pegas o insertas fotos y frases representativas de lo que quieres lograr en ese año… va desde querer tener una pareja hasta una casa. Esta es una actividad que por lo general los millenials y la generación Z lo hace… podría decir que a veces es una actividad que sienten obligatoria para poder iniciar el año con la mejor energía.
Una vez leí en el libro de El sutil arte de que te importe un carajo algo que me impacto y me dio otra perspectiva sobre esta actividad. Lo que este famosísimo libro narra es que hacer esto es un constante recordatorio de lo que careces. Es plasmar en tu habitación todo aquello que anhelas, pero que no te alcanza o no tienes las posibilidades de conseguirlo. Creo que esto es una perspectiva bastante cruda, pero realista y que dependiendo del contexto o la situación en la que estés de tu vida podrías creer que tiene razón.
Muchas veces pensé en que esto que leí era la verdad absoluta, me encontré en una decepción interna puesto que por muchos años tenía el mío colocado en mi cuarto. Mi vision board era atemporal, a diferencia de los demás, porque plasmaba en realidad todo lo que quería para mi futuro. Debo decir que la mitad de las fotos que pegué, las conseguí. Después de leer eso, decidí quitarlo sin dar merito de todo aquello que había logrado.
Escribo esto desde una opinión neutral en si las personas debiesen o no hacer un vision board. De mi lado, no lo veo necesario porque sé qué es lo que quiero y no necesito que un pizarrón de corcho con fotos me lo recuerde constantemente. Sin embargo, aliento aquellos que quieran o sientan necesario realizar esa actividad para no perder de vista sus objetivos durante el año.
¡Feliz inicio de año y mucho éxito para todos!