1.- Para Ripley, este 5 de noviembre, tendrán lugar las elecciones presidenciales y de Congreso casi general, en los Estados Unidos. Están en juego la Presidencia, un tercio del Senado, la totalidad de la Casa de Representantes y 11 gubernaturas. Lo increíble es que a un día escaso, la elección se encuentre en la zona del empate técnico, cuando uno de los contendientes, el magnate Donald Trump, lo hace por segunda ocasión, inmerso en tal cantidad de escándalos y felonías que debiera ser impresentable para los electores, pero al menos la mitad del padrón estadounidense está dispuesto a votar por él otra vez en la Casa Blanca.
2.- Del lado demócrata hubo un cambio de terreno que despejó un poco las expectativas, pero que no se ha traducido en una opción electoral clara. El actual presidente Joe Biden tuvo que declinar su alternativa a un segundo mandato debido a preocupaciones por su avanzada edad y estado de salud, no obstante que tenía buenos números para disputarle a Trump el puesto. Al declinar debido a los temores de que una posible derrota presidencial pudiera arrastrar también las votaciones de los congresistas demócratas en juego, lo sustituyó Kamala Harris, actual vicepresidenta y sin duda una buena opción, que no obstante contar con el previsible apoyo de la mayoría de votos directos, no tiene tal claridad en el conteo de los 534 votos electorales, la mitad más uno de los cuales son necesarios para ganar la Presidencia.
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3.- Según el promedio general de encuestas reportado por el sitio FiveThirtyEight de Nate Silver, Kamala Harris aventaja a Donald Trump por dos puntos en las preferencias abiertas de los votantes, situándose 48.3% contra 46.3%. Empero, en los estados que habrán de definir la contienda, aquellos considerados como “estados péndulo” o cambiantes, los momios están igualmente empatados, decantándose hasta el momento tres para cada uno de los contendientes. En Pennsylvania, Nevada y Wisconsin van empatados y los republicanos van un punto arriba en Carolina del Norte, Arizona y Georgia, siendo increíble que en este último estado, en donde se está juzgando a Trump por interferencia electoral, los votantes le otorguen ventaja.
4.- Algo muy parecido sucede en las preferencias para renovar el Congreso. Los Demócratas aventajan 47% a 45.7% a los Republicanos hacia la Cámara de Representantes, si bien una proyección general es difícil al predominar las realidades distritales por sobre las tendencias generales. La carrera hacia el Senado es también parejera, en donde no se esperan cambios sustanciales en la actual integración predominantemente demócrata, siendo ésta quizá la principal aportación de la salida de Biden de la contienda, al ampliar las posibilidades de lograr un control demócrata del Congreso.
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5.- Quiere decir que la decisión final la tienen los votantes indecisos, un pequeño segmento de electores de los estados péndulo, quienes al último minuto inclinarán la balanza en lo que habrá de ser una final de fotografía. A favor de Trump pesa buena parte del establishment empresarial, de Wall Street, los fabricantes de armas y los petroleros, atraídos por su oferta de reducción de impuestos corporativos, la retórica antiinmigrante y el negativismo medioambiental, en tanto que por Kamala juega el recurso de la edad, siendo bastante más joven que Trump, quien se volvió el octagenario a vencer, sus posiciones progresistas a favor de las mujeres, los trabajadores y los migrantes. Finalmente, la cuestión se resolverá donde debe ser, en las urnas. Para nuestro país, con cualquiera de los dos nos irá igual, pues ambos han externado que podrían cerrar y amurallar la frontera, apoyarán el neoproteccionismo industrial y comercial y habrán de revisar con lupa y aranceles en la mano, el Acuerdo Trilateral de Comercio, el T-MEC, donde el cambio unilateral en las reglas del juego establecidas habrá de pesar a la hora de las negociaciones.