Todos los ojos en Venezuela

20 de Enero de 2025

Alfredo Suárez
Alfredo Suárez
Politólogo por el Tec de Monterrey, y candidato a Maestro de la Universidad Panamericana en Comunicación Política. Actualmente se desempeña como coordinador de comunicación para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann.

Todos los ojos en Venezuela

Fundación Friedrich Naumann

Empieza el año y, como muchos, hice mi lista de deseos para 2025… o al menos lo intenté. Hay incontables temas que me preocupan —la desinformación, la necesidad de frenar a la extrema derecha, el asedio de Rusia en el mundo—, pero estos días hay un asunto que no me deja dormir: Venezuela.

Querido lector, tal vez usted piense que estoy exagerando, porque “Venezuela suena a un tema del año pasado”. Efectivamente, el mundo entero se fijó en las elecciones del 28 de julio de 2024, cuando todos creímos que el régimen dictatorial de Nicolás Maduro caería por la vía legal. Pensábamos que, por fin, veríamos a Maduro ceder ante la brillante estrategia de la oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, quienes reunieron todas las actas de votación para demostrar que habían triunfado.

Sin embargo, como bien sabemos, ese momento no tuvo el desenlace feliz que imaginábamos… o al menos, aún no. El plazo constitucional para que el ganador de dichas elecciones asuma el poder se cumple el 10 de enero de 2025. ¿Qué implica esto en el caso venezolano? Que si Edmundo González Urrutia logra ingresar al Congreso y tomar posesión, cumpliría con la promesa de no gobernar desde el exilio —tal y como lo intentó hacer, en su día, Juan Guaidó—.

Ahora bien, para que ese escenario se haga realidad, hay varios obstáculos que sortear. El primero es la posibilidad de que González entre a Venezuela, ya que el régimen de Nicolás Maduro no va a permitirlo “por las buenas”. Esto implicaría, entonces, lograrlo “por las malas”.

¿Qué significa hacerlo “por las malas”? Básicamente, que Edmundo González cuente con el apoyo de tres actores clave: gobiernos extranjeros, al menos una facción del ejército venezolano y parte del Congreso.

¿Tiene esas piezas indispensables? Esa es la gran pregunta que debemos hacernos ahora, pero responderla no es sencillo. Analicemos lo que sabemos: el 30 de diciembre, Anthony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, reiteró públicamente su respaldo a Edmundo González y a María Corina Machado. Podemos dar por sentado que cuentan con el apoyo de la administración estadounidense y del gobierno español, país en el que actualmente se encuentra asilado González.

Entonces, ¿qué hay del respaldo de los militares y de los congresistas? Ahí las cosas se vuelven más difusas. María Corina Machado se encuentra oculta en Venezuela y desde la clandestinidad ha enviado mensajes a las fuerzas armadas para sumar a más miembros a la causa democrática. Después de las elecciones del 28 de julio hubo señales de apoyo a la oposición por parte de algunos soldados, pero no a nivel de la cúpula. ¿Cuál es la situación hoy? No lo sabemos, y eso es positivo, la discreción es un elemento esencial para una operación de la magnitud del 10 de enero, sobre todo porque el régimen dictatorial de Maduro continúa controlando la mayor parte del ejército.

La incógnita que persiste es: ¿cuánto respaldo en territorio puede conservar realmente un gobierno dictatorial que somete a sus propios soldados y mata de hambre a sus familias? Esa respuesta la sabremos el 10 de enero. Así que, estimado lector, es momento de enfocar todas las miradas en Venezuela, porque vamos a vivir un momento histórico.