Tiempos oscuros

1 de Enero de 2025

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Tiempos oscuros

enrique del val

Las fiestas de fin de año, independientemente de si se profesa o no alguna religión, sirven, entre otras cosas, para hacer un alto en el camino. En muchos casos, nos invitan a reflexionar sobre lo realizado durante el año y quizás a pensar en nuevos proyectos. Sin embargo, también son una oportunidad para evaluar, como humanidad, cómo estamos viviendo en este mundo tan convulso que muchos no hubiéramos imaginado.

Para quienes tenemos la oportunidad de escribir en algún medio, el año ha estado marcado por tal cantidad de noticias y sucesos, tanto en nuestro país como en el mundo, que no ha sido difícil encontrar temas sobre los cuales redactar.

Hoy, en este artículo de fin de año, quiero referirme a una preocupación creciente que en esta época cobra especial relevancia: la solidaridad y la empatía que deberíamos tener hacia nuestros semejantes, sin importar de dónde provengan o el color de su piel.

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Ha sido un año difícil en muchas partes del orbe. Ya no nos impresionan las cifras diarias de muertos en Ucrania debido a la invasión rusa, ni las bajas rusas ocasionadas por las tropas que defienden ese país. A pocos conmueve la matanza diaria perpetrada por el gobierno israelí, con un corrupto Primer Ministro, contra del pueblo de Gaza, algo que, quién lo diría, parecía impensable. Menos aún nos enteramos de las múltiples guerras fratricidas que tienen lugar desde hace años en varios países de África. Para nosotros, los mexicanos, esos conflictos parecen lejanos.

Pero sí nos enteramos, y cada día más, del creciente flujo migratorio hacia nuestro país de miles de seres humanos de varios continentes. Aunque no haya guerra en sus lugares de origen, debido a la situación política o económica muchos ciudadanos prefieren emigrar y llegar a México con la esperanza de alcanzar Estados Unidos que, pese a todo, consideran mejor que sus propios países.

El fenómeno de la emigración está provocando casi en todo el mundo un preocupante rechazo hacia la solidaridad, alimentado por la derecha y la extrema derecha. Estas corrientes políticas se han dedicado a difundir mentiras y fomentar el odio hacia los extranjeros mediante diversas artimañas. En Europa, por ejemplo, vemos el ascenso de gobiernos fascistas cuyo principal discurso es la expulsión de migrantes, a quienes culpan, real o ficticiamente, de los problemas de sus países. Así, las socialdemocracias europeas desaparecen y caen en manos de líderes irresponsables apoyados por oligarquías nacionales o supranacionales, como la que representa Elon Musk.

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En América Latina, aunque no hay guerras, enfrentamos situaciones extremas y caóticas. Un ejemplo es Haití, donde la comunidad internacional parece haberlo dado por perdido, dejando el país en manos de mafias locales y extranjeras. También está el caso de Venezuela, de donde, según los medios, más de seis millones de personas han huido, muchas de ellas llegando a México.

Y ahora, con la llegada del felón Donald Trump nuevamente al poder la situación se complicará aún más, no solo para México sino para el mundo entero. Declaración tras declaración, lanza ofensas e intimidaciones: la expulsión de millones de inmigrantes indocumentados, la compra de Groenlandia, la recuperación del Canal de Panamá o las amenazas a Europa de imponer aranceles si no adquieren más gas y petróleo estadounidense. Y a su lado, Elon Musk respaldándolo.

Creíamos que el fascismo y el imperialismo eran solo temas de estudio del pasado y que las democracias liberales podían orientar el capitalismo hacia un desarrollo más humano. Sin embargo, el mundo enfrenta ahora una serie de oligarquías carentes de empatía y solidaridad hacia los seres humanos.

Son tiempos difíciles y para enfrentarlos se necesitan, por supuesto, unidad, pero sobre todo claridad, capacidad y firmeza política en lo que debemos hacer como sociedad en tiempos oscuros.