Sentencia a Genaro García Luna: golpe al legado de Felipe Calderón

21 de Noviembre de 2024

Pablo Reinah
Pablo Reinah
Periodista con 28 años de experiencia en televisión, radio y medios impresos. Ganador del Premio Nacional de Periodismo 2001, ha trabajado en Televisa, Grupo Imagen y actualmente conduce el noticiero meridiano en UNOTV. Ha colaborado en medios como Más por Más, Excélsior y Newsweek. Es autor del libro El Caso Florence Cassez, mi testimonio y asesor en medios de comunicación.

Sentencia a Genaro García Luna: golpe al legado de Felipe Calderón

Pablo Reinah columnista

Llegó la hora. La inminente sentencia de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, en Nueva York, marca un hito trascendental en la narrativa de la lucha contra el narcotráfico en México.

García Luna, declarado culpable de narcotráfico, delincuencia organizada y falsedad de declaraciones, era una figura central en el enfoque de combate al crimen organizado durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012). Sin embargo, su condena pone en tela de juicio no solo su carrera, sino también el legado de Calderón.

Recordemos que la llamada “guerra contra el narcotráfico” instaurada en la administración de Calderón desató una violencia sin precedentes al militarizar la lucha contra los cárteles de la droga.

La estrategia, impulsada por la idea de debilitar a las organizaciones criminales, llevó a miles de muertes y a una profunda crisis de seguridad. García Luna fue considerado uno de los arquitectos de esta estrategia, defendiendo el uso de la fuerza y la colaboración con agencias de inteligencia estadounidenses.

Sin embargo, la detención de García Luna y, más tarde, la declaración de culpabilidad en la corte del juez Brian Cogan dejaron en claro un trasfondo mucho más oscuro al probar su complicidad con cárteles de la droga, tirando por la borda todo signo de integridad en las instituciones y decisiones tomadas durante el mandato de Felipe Calderón, quien, para sorpresa de pocos, ha defendido a García Luna de manera vehemente, insistiendo en su profesionalismo y compromiso con la lucha contra el crimen organizado, a pesar de que su legado está en juego y de que inevitablemente se cuestiona si su confianza en García Luna fue un error monumental o una complicidad consciente con un sistema corrupto.

Y es que no hay que olvidar que este desenlace judicial se produce gracias a que Estados Unidos, y no México como debió ser, tomó la iniciativa de investigar y juzgar a quienes la política y la justicia de nuestro país han fallado en perseguir.

Incluidos Joaquín El Chapo Guzmán, juzgado en la misma corte y por el mismo juez, y a Ismael El Mayo Zambada, quien sólo un día después de la sentencia a Genaro García Luna comparecerá ante el mismo tribunal en Brooklyn por primera vez.

La sentencia a Genaro García Luna no es, como muchos suponen, el cierre de un capítulo oscuro en la narrativa de la lucha contra el narcotráfico. Es un recordatorio irónico de que la guerra contra el narco, que se prometió ganadora, dejó tras de sí un país que hoy está descontrolado y violento, en el que el eco de las balas y el clamor de las víctimas resuenan más fuerte que sus palabras.

Es un episodio judicial que pone en evidencia que, tras años de estrategias fallidas y complicidades, parte del legado de esa era es un México manchado con sangre y corrupción, en el que diferentes personajes tendrían que confrontar su propia historia y asumir la responsabilidad de las decisiones que llevaron a esta tragedia.

›Al final, no basta con que la justicia llegue cuando lo hace con un retraso que no resuelve el desastre que dejaron.