Como si fuera el borrador, el presupuesto para 2025 ha generado controversia por los errores que contiene. Los recortes en áreas críticas como la salud, la educación, la economía y la seguridad, no son simples cifras en un documento; representan decisiones que impactan directamente la vida de millones de ciudadanos y el futuro del país.
Los recortes reflejan irresponsabilidades fiscales acumuladas en administraciones anteriores. Sin embargo, es imprescindible cuestionar si la solución a estos problemas debe recaer en sectores tan fundamentales.
En el ámbito de la salud pública, el panorama es preocupante. Desde la pandemia, el sistema sanitario no ha logrado una recuperación completa. Reducir su financiamiento en este momento es, sin duda, un paso en la dirección equivocada. La falta de recursos podría traducirse en un deterioro en la calidad de la atención médica, afectando principalmente a los sectores más vulnerables. Aunque el presupuesto 2025 contempla aumentar los recursos asignados al IMSS-Bienestar, también incluye recortes significativos a la Secretaría de Salud, lo que genera dudas sobre la viabilidad de esta estrategia.
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En educación, el recorte al presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido calificado como un “lamentable error”. La educación es la base del desarrollo de cualquier nación. Desincentivar a las instituciones educativas a través de recortes presupuestarios no sólo afecta a los estudiantes, sino que también pone en riesgo el crecimiento económico del país. Ante las críticas, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que el presupuesto para las universidades públicas será corregido. Según sus declaraciones, tanto la UNAM como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) recibirán un aumento presupuestal del 3.5 por ciento.
La seguridad, otro pilar esencial para el bienestar social, también enfrenta desafíos. El primer presupuesto anual de esta administración prevé una reducción del gasto público del 1.9 por ciento. En particular, la Secretaría de la Defensa Nacional sufrirá un recorte presupuestal del 43.8%, lo que podría comprometer la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad en un momento en que el país enfrenta una de los momentos más complicados en su historia en esta área.
Al priorizar recortes en sectores esenciales, el gobierno parece enviar un mensaje sobre sus prioridades, lo cual puede perjudicar tanto la confianza pública como la percepción general de la administración.
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Un tema que ha generado controversia es el salario que percibirá la presidenta Claudia Sheinbaum en 2025: un sueldo mensual neto de 134,290 pesos, además de 575,000 pesos en prestaciones. Aunque este monto no representa un incremento con respecto a años anteriores, algunos sectores consideran que es excesivo en comparación con los salarios de la mayoría de los trabajadores.
Estas decisiones sobre la asignación de recursos públicos deben ser cuidadosamente evaluadas. Reducir el financiamiento a áreas críticas como salud, educación y seguridad compromete servicios básicos que deberían estar garantizados para todos los ciudadanos que contribuyen con sus impuestos. Un presupuesto limitado para estos sectores esenciales significa que, simplemente, alcanzará para menos.
Los recortes propuestos en el presupuesto de 2025 no sólo reflejan desafíos económicos, sino también decisiones que podrían definir el rumbo del país en los próximos años. La sociedad tiene derecho a cuestionar estas decisiones y exigir una administración responsable que garantice los derechos y mejore los servicios de los ciudadanos.