Christopher Reeve nació el 25 de septiembre de 1952 en Mount Kisco, un poblado del estado de Nueva York. Fue actor y director de cine, además de activista. Era famoso mundialmente por haber interpretado a Superman en la película de 1978 y sus posteriores secuelas. Con un físico envidiable, de 1.93 metros de estatura, y una apariencia de joven lozano, buena persona y rasgos que se parecían sorprendentemente al héroe del cómic, se presentó a la audición, donde el director de la película, Richard Donner, le dio el papel al conocerlo.
Reeve era un excelente deportista que estudiaba en la prestigiosa escuela de arte dramático Juilliard, en Nueva York, donde conoció a su mejor amigo, a quien llegó a considerar como un hermano: Robin Williams. Tras la fama conseguida por el papel de Superman, continuó trabajando en el cine, pero jamás logró desprenderse del personaje, lo que hizo que su carrera se estancara en películas que nunca llegaron a tener la repercusión de la ya mencionada.
El 27 de mayo de 1995, durante un concurso de equitación, sufrió un accidente que le cambió la vida para siempre. Al intentar superar un obstáculo, cayó de cabeza, fracturándose dos vértebras cervicales, lo que le seccionó la médula espinal. Perdió la movilidad total del cuerpo y la capacidad de respirar por sí mismo. Desde entonces, pasó su vida en una silla de ruedas con respiración asistida.
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Tras el accidente, se dedicó por completo al activismo, algo que ya hacía desde antes. Murió de un paro cardíaco el 10 de octubre de 2004, a los 52 años de edad.
Max estrenó recientemente el emotivo documental Superman: La historia de Christopher Reeve, que cuenta la vida del actor que pasó de ser un superhéroe de la ficción a convertirse en un héroe de la vida real. Dirigida por Ian Bonhôte y Peter Ettedgui, la película evita romantizar o simplificar la vida del actor. Por el contrario, nos ofrece una perspectiva honesta, mostrando a una persona de carne y hueso, que, tras sufrir la caída del caballo, más que llegar al final de su vida, comenzó una nueva etapa. En esta nueva etapa, Christopher Reeve se convirtió en el emblema de la lucha por los derechos de las personas discapacitadas, particularmente aquellas con lesiones en la médula espinal. El actor, lejos de resignarse a su condición, la tomó como un pretexto para ayudar a los demás.
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El documental también nos cuenta sobre su vida antes del accidente, sus inicios en la actuación, el éxito de Superman y su trabajo después del famoso superhéroe. Además, aborda su vida lejos de la pantalla, sus dos matrimonios, la crianza de sus hijos y la amistad eterna que tenía con Robin Williams. De hecho, la muerte de Reeve dejó un vacío imposible de llenar en el actor, y, en palabras de Glenn Close: “Si Chris aún estuviera vivo, Robin también lo estaría”.
Con testimonios de su exesposa, sus hijos y de la ya mencionada Glenn Close, el documental también cuenta con entrevistas de estrellas cercanas a Reeve, como Susan Sarandon, Kevin Johnson, Jeff Daniels, Richard Donner y Whoopi Goldberg, entre otros.
En resumen, estamos ante un documental que no solo narra la historia de una tragedia, sino la vida de un hombre que, tras perderlo todo, encontró la forma de seguir siendo un héroe. Superman: La historia de Christopher Reeve se puede ver en MAX.