La semana pasada daba cuenta de una posible crisis de constitucionalidad en virtud del poder reformador que tiene el legislativo para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM); cuando se carece de órgano revisor, se tiene una mayoría hegemónica en el poder ejecutivo y legislativo tal y cual pasa ahora como pasó en el pasado priísta del México post revolucionario. En el que hubo la necesidad de establecer un Congreso Constituyente de un nuevo Estado mexicano, no es 1917; pero en el 2024 el congreso se asume constituyente haciendo cambios dramáticos a nuestra carta magna.
El poder legislativo constituyente es creador del origen de la estructura del Estado, decir que nada ni nadie está por encima de la CPEUM, es cierto y falso a la vez; cierto si estamos solo viendo el contenido y origen normativo de las leyes al interior; pero en el corolario internacional del que somos miembros desde haber ingresado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o a la Organización de Estados Americanos (OEA) o haber firmados tratados de libre comercio con garantías de ser un Estado Constitucional, Democrático de Derechos, lo que implica tener certeza y legalidad jurídica entre otras cosas, como valores y principios orientados a realizar actividades con pares y socios implica que es falso ya que hay que respetar no solo el marco normativo constitucional sino también el internacional; que lleva implícito la división de poderes, el respeto a los derechos humanos y el cumplimiento convencional normativo.
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De forma y fondo México debe plantearse el análisis de si al interior y exterior quiere dar señales claras de cumplir y hacer cumplir la ley; si un poder no asume y respeta la decisión de otro en función de sus atribuciones genera una crisis constitucional y si la constitución es o hija de ruta del país y nadie la respeta y hace cumplir eso hará que los inversionistas que ya tienen capital en el país se retiren, pues nada hay en garantía y sino el que está por invertir preferirá no llegar pues nada ni nadie cumple la ley.
La reflexión con varios colegas abogados es, esto en nuestra vida consciente o como dicen los mayores “desde que tenemos uso de razón” no lo habíamos vivido, esto surgió después de la revolución y pareciera que estamos repitiendo la historia, solo que ahora los únicos armados son los grupos de la delincuencia organizada y no los civiles como en la época de la revolución. Y al preguntar qué sentimos las respuestas van desde; “frustración, depresión, enojo, desilusión, tristeza, coraje, impotencia, desesperanza, menosprecio, etc.” Algunos abogados, refirieron siento todo eso y más solo que no sé cómo nombrarlo.
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Cuando algo no está tipificado como delito, decimos es un hecho atípico; cuando algo no tiene un nombre concebido en el derecho se llama innominado; aplicado este concepto, no sé si todos los abogados que estudiamos en una época el derecho que ya no es el que establece ahora la Constitución, podemos decir que tenemos un sentimiento innominado. Mucho que pensar, mucho por hacer para buscar que el derecho mexicano, implique guardar y hacer guardar la CPEUM.
Nota al pie de página:
5 de noviembre un día histórico; se eligió en el país vecino del norte al presidente 47; quizá la primera mujer, al cierre de este espacio aún no había resultado. Y en México la Suprema Corte de Justicia de la Nación discutirá si la reforma constitucional del poder judicial es o no conforme a lo previsto por la propia CPEUM. En juego 7 mil puestos jurisdiccionales a nivel local y federal.