Continuando con el análisis de las elecciones del pasado 2 de junio de 2024, en esta ocasión veremos el resultado en la Cámara de Senadores y en la de Diputados, describiendo las características del personaje con mayor representatividad en esta historia: Morena. Iniciaremos analizando la elección de senadores. De las 32 entidades federativas, Morena y sus aliados ganaron los dos puestos de mayoría relativa en 30, mientras que la coalición del PAN/PRI/PRD solo ganó en Aguascalientes y Querétaro. En cuanto a los senadores de primera minoría, el PAN en solitario ganó en Guanajuato y su coalición con el PRI y PRD ganó la primera minoría en 25 estados. Movimiento Ciudadano ganó la primera minoría en Campeche y Nuevo León.
Viendo el equilibrio de fuerzas en el senado por el peso porcentual de cada partido, los resultados fueron: 24,484,943 votos para Morena (40.8057%); el PVEM obtuvo 5,351,017 votos (8.9293%); mientras que el PT obtuvo 3,205,810 votos (5.3575%). Por su parte, el PAN obtuvo 10,107,537 votos (16.8448%), el PRI 6,530,305 votos (10.8831%) y el PRD 1,363,012 votos (2.2715%), perdiendo su registro al no llegar al 3%. Finalmente, MC obtuvo 6,516,683 votos (10.8797%).
Respecto a la Cámara de Diputados, la distribución del voto favoreció nuevamente a Morena y sus aliados, con dominio absoluto, pues de los 300 espacios de mayoría relativa ganó 256, mientras que el PAN obtuvo 3 y la coalición PAN/PRI/PRD obtuvo 39. MC obtuvo solamente una diputación de mayoría relativa, y hubo un independiente. Viendo de forma porcentual el equilibrio de fuerzas de cada partido, tenemos lo siguiente: 24,286,317 votos para Morena (40.8403%); el PVEM obtuvo 4,993,988 votos (8.3979%), y el PT obtuvo 3,254,718 (5.4731%). En el caso del PAN, este obtuvo 10,049,375 votos (16.8992%); el PRI 6,623,796 votos (11.1387%); y el PRD obtuvo 1,449,660 votos (2.4377%). Por su parte, MC obtuvo 6,497,404 votos (10.9261%) y una candidatura independiente obtuvo 72,012 votos (0.1210%).
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Con este escenario en mente, es evidente que ningún partido opositor le hace sombra a Morena y sus aliados, pues ni siquiera haciendo un ejercicio simple de sumar lo que representan todos los partidos de oposición juntos equiparan la fuerza del partido en el poder. Más allá de lo ideológico, en la práctica de ejercer el poder, esto hace surgir una serie de preguntas: ¿Morena es como el viejo PRI? ¿Estamos ante el inicio de la consolidación de un partido de estado? ¿Morena tendrá lo necesario para apoderarse de todos los espacios de poder antes de comenzar a perder fuerza por conflictos internos entre todas sus facciones?
La realidad es que en un escenario con un partido tan dominante, el peligro real para un sistema democrático no se encuentra en la periodicidad de elecciones o en la existencia de diversos partidos políticos, sino que las conversaciones más relevantes comienzan a darse sobre lo que sucede al interior de un solo partido, ya que las conversaciones más importantes terminan siendo sobre quién ganará la interna para ser el candidato oficial.
Aparentemente, algo similar ocurrió en el proceso electoral de 2024, sin embargo, es consecuencia de un largo periodo de inconformidad con la clase política por parte del sector más amplio de la población. En caso de que esto se prolongue en el tiempo es cuando de verdad pudiera ser preocupante, pero de momento, queda dejarlo al tiempo y ver si las demás fuerzas políticas calibran sus brújulas para ser más competitivos en el escenario político mexicano. En la próxima columna veremos el análisis de las gubernaturas en que hubo elección y más adelante, los resultados en los congresos locales.