Austeridad para los ricos

21 de Diciembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Austeridad para los ricos

enrique del val

Se acercan las fechas en las cuales el primer gobierno de la presidenta Sheinbaum tendrá que enviar a las Cámaras sus proyectos de presupuestos, uno de ingresos y otro de egresos, en un contexto complicado. Ha habido momentos difíciles, pero éste cobra especial relevancia dadas las condiciones no solo en México, sino en varias partes del mundo.

El conflicto generado por la invasión de Rusia a Ucrania, que lleva más de un año, parece no tener un fin cercano. Además, el enfrentamiento entre Israel y varios países árabes crece día a día y amenaza con convertirse en otra guerra en el Medio Oriente. A esto se suma el aumento de personas de países de casi todos los continentes que intentan atravesar México para llegar a Estados Unidos, lo que provoca una creciente tensión entre nuestro gobierno y el norteamericano.

Estos conflictos afectan la vida y la economía de millones de personas, generando costos crecientes para muchos gobiernos del mundo. Por ejemplo, la semana pasada se difundió en los medios que el déficit presupuestal de la principal economía mundial, Estados Unidos, podría llegar a 1.8 trillones de dólares, a pesar de su crecimiento económico.

En nuestro país, que ha tenido un crecimiento económico pírrico durante el sexenio pasado, las expectativas han ido disminuyendo. Por ejemplo, en la encuesta al sector privado de finales del mes pasado, reducen a un máximo de 1.6% el crecimiento del cierre del presente año, y para 2025 estiman que apenas llegará a 1.5%. Según ellos, esto se debe a varios factores, como la falta de gobernanza, la inseguridad pública y la corrupción.

Con este panorama, no será fácil cumplir el inicio de los 100 compromisos del actual gobierno, especialmente en áreas como infraestructura y el incremento de los programas sociales de apoyo a los que menos tienen.

Uno de los temas en los cuales algunos de los hombres más ricos de México no están de acuerdo es en los apoyos universales, concretamente el de los adultos mayores, argumentando que ese dinero debería destinarse a quienes están en pobreza extrema. Esta postura no considera la terrible desigualdad que existe en nuestro país, donde, según datos de OXFAM, los dos hombres más ricos han visto crecer su fortuna en un 70% desde 2020, mientras más de 46 millones de personas viven en pobreza, a pesar de los incrementos al salario mínimo y los programas sociales.

Si, como se ha mencionado en algunos medios, se pretende reducir el déficit presupuestal en alrededor de 800 mil millones de pesos, la situación no será favorable para millones de mexicanos. Es difícil que se reduzcan los programas sociales, por lo que los recortes probablemente afecten a los servidores públicos y a sectores que han sido castigados en los últimos seis años, como la salud, la educación y el campo.

Por eso, creemos que este es un buen momento para cambiar las condiciones que han permitido, durante muchos años, que unos pocos se enriquezcan con privatizaciones y concesiones. De los 14 ultrarricos que tenemos, 11 lo son gracias a los diferentes gobiernos en turno. Esta increíble transferencia de recursos hacia unos pocos debe terminar y la única manera de lograrlo es con una reforma fiscal progresiva que permita recuperar parte de las ganancias desmesuradas que han obtenido.

Un gobierno de izquierda no debe someterse en su economía a lo que tanto ha criticado, como el neoliberalismo, y debe tomar acciones que reduzcan, en el corto plazo, la enorme desigualdad que sufre México y que, a la vez, generen recursos frescos.

Supuestamente hemos tenido seis años de “austeridad republicana”, lo que ha causado muchas carencias en la atención a la población. Está bien continuar con la austeridad, pero ahora debería aplicarse también al 1% más rico de la población a través de las tasas impositivas progresivas.