Retos y nuevos nombramientos en la Cancillería mexicana

31 de Enero de 2025

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Retos y nuevos nombramientos en la Cancillería mexicana

Omar-Hurtado_web_

Recientemente el Senado de la República ratificó tres nombramientos en la Cancillería mexicana, dos a cargo de diplomáticos de carrera con amplia trayectoria en el Servicio Exterior Mexicano (SEM), y un nombramiento político. La embajadora María Teresa Mercado ocupará la subsecretaría de Relaciones Exteriores; el embajador Enrique Ochoa la correspondiente a Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos; y la doctora en Letras Modernas la subsecretaría para América Latina y el Caribe.

La Cancillería tendrá diversos retos. Deberá reorientar la política exterior mexicana y cerrar ese magro capítulo de la “mejor política exterior es la interior”, que sirvió más para el discurso interno que para el exterior, y que sólo dio muestras del desinterés y desconocimiento del anterior presidente de los asuntos internacionales, lo que conllevó a México a la pérdida de liderazgo, imagen y confianza internacional, ante una Cancillería marginada y taciturna. Sin una estrategia profesional de política exterior y frivolidad, los vínculos de México hacia el exterior no estuvieron exentos de confrontaciones diplomáticas, cuyas cuestiones se pretendían abordar desde un púlpito público presidencial.

TE PUEDE INTERESAR: Crónica de cuando el pasado nos alcanzó

Presenciamos en el terreno exterior mexicano las inclinaciones ideológicas del presidente y no en razón del interés nacional de México, objetivo esencial de la política exterior. Lo anterior derivó en insólitas e inesperadas discordias con países como España, Bolivia, Ecuador, Panamá y Perú, en un ámbito de intromisión mexicana en los asuntos internos en esos países y en apoyo a corrientes políticas afines al obradorismo, que escaló hasta el rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador y en la expulsión de embajadores mexicanos, como persona non grata, en Bolivia, Ecuador y Perú, que alcanzó al propio presidente mexicano en el caso peruano.

El otro gran reto de la Cancillería mexicana será dar una alta prioridad al cuerpo diplomático que represente a México en el exterior, ante un gran número de nombramientos que hiciera el presidente mexicano anterior, en razón de intereses políticos y amistad, como se percibió claramente en América Latina, nombramientos políticos que llegaron a ocupar el 85 o 90 por ciento de las embajadas mexicanas; o hacia aquellas de carácter claramente ideológico como en Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuyo trabajo diplomático mexicano estuvo más enfocado a la defensa y sobrevivencia del sistema político y los dictadores en esos países y no en atención al interés nacional de México y la relación bilateral entre Estados y no de personas. Esto se podría llamar traición a la patria.

TE PUEDE INTERESAR: Día del diplomático mexicano

Situaciones similares se pudieron apreciar en embajadas mexicanas significativas en Europa. Sería el momento oportuno para refrescar y reordenar las representaciones diplomáticas y evitar la marginalidad de la experiencia e institucionalidad del SEM de carrera, que es un garante de la buena práctica en política exterior, así como, abatir privilegios políticos de personalidades y funcionarios asidos a los cargos diplomáticos durante años, tal situaciones oprobiosas como en las embajadas mexicanas en Cuba o Países Bajos, varios ejemplos sobran.

Si bien no se pretende demeritar alguna situación en especial, es necesario señalar los excesos, particularmente aquellos que erosionan la estructura escalafonaria de la diplomacia mexicana y restan oportunidades y ascensos a sus miembros, en una institución tan necesaria como es el SEM de carrera, particularmente hoy que se destruyen instituciones mexicanas imprescindibles, en lugar de fortalecerlas.

Mención especial requiere la rama consular, especializada en asuntos migratorios, notariales, registro civil o protección a mexicanos, entre una gran variedad de actividades, muchas veces poco reconocida al igual que la rama técnico-administrativa, sujetas a la disminución de recursos humanos, financieros y tecnológicos, y drásticas cargas de trabajo.