Rediseñar el IEPS: más salud y mejores finanzas públicas

28 de Noviembre de 2024

José Luis Clavellina Miller

Rediseñar el IEPS: más salud y mejores finanzas públicas

columna fiscal

Los impuestos saludables son gravámenes aplicados a productos que dañan la salud de la población y/o el medio ambiente. En México, el Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS) sobre cigarrillos, bebidas alcohólicas, bebidas azucaradas, y energizantes y alimentos con alto contenido calórico es una herramienta clave en esta estrategia.

El objetivo no es simplemente incrementar la recaudación tributaria. ¿Cómo podemos justificar la inversión en tratamientos costosos sin abordar las causas subyacentes? Enfermedades como cáncer, afecciones cardiovasculares, diabetes y obesidad son, en gran medida, consecuencias del consumo de estos productos. Al elevar los precios a través de los impuestos saludables se disminuye su asequibilidad, y con ello, el consumo.

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En el caso de los impuestos a las bebidas con contenido alcohólico y cerveza, por ejemplo, de acuerdo con la Ley de Ingresos de la Federación 2024, se espera recaudar 80 mil 668.6 mdp, esto es, 11.7% del total del IEPS aprobado. En el caso del IEPS al tabaco se espera recaudar 52 mil 699.9 mdp y por el aplicado a bebidas energizantes y saborizadas, así como a alimentos con alta densidad calórica 77 mil 218.6 mdp (7.7% y 11.2% del total de IEPS, en cada caso). Estos recursos, que en conjunto suman 138 mil 587.1 mdp, equivalen a 1.4 veces el presupuesto del Ramo Salud aprobado para 2024 (99 mil 990.0 mdp).

Estos recursos podrían también financiar programas sustantivos, desde la atención sanitaria hasta iniciativas de prevención. Sin embargo, actualmente, los fondos del IEPS van a una “bolsa general” y de ahí se distribuyen a las diferentes necesidades que tiene el gobierno federal, sin un vínculo explícito con programas de salud y/o medio ambiente.

Además, se trata de recursos que forman parte de la recaudación federal participable de la cual dependen los recursos que se entregan a las entidades federativas o gasto federalizado. ¿No sería más efectivo destinar estos recursos para financiar directamente iniciativas de prevención y tratamiento? Programas estatales específicos, como la compra de medicamentos o la Pensión Mujeres Bienestar, podrían beneficiarse enormemente.

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En cuanto a los impuestos saludables a las bebidas alcohólicas, un cambio de un esquema ad valorem como el que existe actualmente, a uno ad quantum o de cuotas específicas por contenido de alcohol, con un incremento en el impuesto, es altamente recomendable. Adicionalmente, debe considerarse la relación que tienen estos mercados con otros, como el del tabaco y de bebidas saborizadas, pues el aumento de impuestos y precios en algunos productos puede dar pie a cambios en el consumo de otros (elasticidades cruzadas).

Frente a la necesidad que tiene la nueva administración federal de fortalecer sus ingresos y sostener los programas sociales y proyectos prioritarios, la actualización y el rediseño de los impuestos saludables representan una oportunidad para salvar vidas, favorecer a los sectores más vulnerables y fortalecer las finanzas públicas.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP) cuenta con diversos estudios sobre el financiamiento de la salud pública en el país que puedes consultar en www.ciep.mx.