1.
Sin duda, la Presidenta Claudia Sheinbaum iniciará su gobierno este 1 de octubre con una gran aceptación nacional. También, asumirá el poder en un entorno complejo, diferente al que pudiera esperarse de una transición tranquila, pues el país se encuentra con desafíos de seguridad, economía y confianza, que representan oportunidades para actuar, pero también riesgos si las soluciones se plantean sin inclusión y el más amplio consenso posible. El país le da la bienvenida a una nueva etapa de continuidad con cambio, en la que, como ha señalado, podrá gobernar para todos haciendo de los riesgos, oportunidades de desarrollo y prosperidad compartida.
2.
La economía ha entrado en una pausa y se desacelera, con una probabilidad de crecimiento para el año rondando el 1%, en tanto que para el 2025 se estima aún menor, quizá de 0.8%. Los agentes económicos hablan de una posible recesión técnica, mientras en Estados Unidos, habiendo iniciado el ciclo de reducción de tasas, se confía en que la FED podrá conducir un aterrizaje suave e impulsar el crecimiento hasta dos por ciento. ¿Por qué México desaprovecharía ese impulso? Esencialmente, por la incertidumbre y desconfianza del cambio de reglas. Como dirían en el Departamento de Estado, nuestro país ha comenzado a renegociar unilateralmente los términos del TMEC con reformas como la judicial y la eventual desaparición de los órganos autónomos, afectando los acuerdos compartidos.
3.
De ahí que numerosas inversiones y proyectos se han pausado hasta en tanto las agencias calificadoras reevalúen el riesgo país y el grado de inversión, arriesgando una degradación que afectaría de inmediato a los mercados. Algunas corredurías como Morgan Stanley y JP Morgan recomiendan negativamente a sus clientes sobre invertir en México y les sugieren esperar o irse a mercados más seguros como India, Brasil o Vietnam. Hasta Texas está pescando en río revuelto y ofrece a inversionistas las facilidades fiscales y financieras si se reubican en una especie de zona especial, donde el gobernador Greg Abbott les garantiza seguridad, certidumbre jurídica y energía eléctrica y gas abundante y barato. Con ello, Texas busca disputar a México el ser la tierra prometida del nearshoring. En cuanto a seguridad, se vive una situación muy crítica en varias entidades, sobre todo en Sinaloa y Chiapas, en donde el enfrentamiento entre las facciones del cártel del Pacífico, los mayos y Los Chapitos, han desbordado todas las previsiones.
4.
Como en todo cambio de gobierno, puede haber nuevas ideas y estilo personal de gobernar. Habrá algunos casos que prosigan la ruta trazada, como son las reformas legislativas por venir, pero hay espacio para que las formas y las maneras cambien para tornar a la política en instrumento de estabilidad, reconciliación y cauce de los conflictos.
5.
No porque la oposición esté tumbada significa que los demás factores reales de poder lo estén también. Al menos un 40% de los electores no votaron por la coalición gobernante, beneficiada por la sobrerrepresentación. Y tanto los Estados Unidos, como los empresarios, la Iglesia y hasta los narcos habrán de esperar un new deal que reduzca los costos y las apuestas. Un buen planteamiento de diálogo e inclusión, al estilo de la apertura política de 1977, cuando el régimen venía de un triunfo aplastante sobre una oposición disminuida por un sistema de partido casi único y enorme poder centralizado, podría hacer transitar de mejor manera los cambios supuestos para “desmantelar el Estado neoliberal” y construir un eventual Estado de Bienestar que nos caería muy bien, pero no es poca cosa pretender, pues la economía debe, en principio, sostener una mejor distribución del ingreso con crecimiento y generación de empleos y riqueza para distribuir, tal como sucede en China o en Dinamarca. Iniciar sumando ayudaría mucho a la gente, a la economía, al TMEC y a la relación con el resto del mundo.