La ONG Oxfam con frecuencia publica información sobre la desigualdad en el mundo, realizando análisis muy certeros. Recientemente, ha dado a conocer un informe muy relevante para la época actual, titulado en inglés Takers Not Makers, que podría traducirse libremente como “Saqueadores, no creadores”. En él, se señala fundamentalmente que muchas de las grandes fortunas de hoy en día provienen de la herencia y no de la creación de negocios.
El documento comienza con una frase del expresidente de Indonesia, Sukarno, pronunciada en una histórica conferencia internacional celebrada en Bandung, capital de Java, en 1955. En este encuentro, que reunió por primera vez a 29 países recién independizados de Asia y África, Sukarno expresó que era un error afirmar que “el colonialismo había muerto”, pues ahora vestía un nuevo traje: el control económico, intelectual y físico por parte de grupos dentro de los propios países. Advirtió que “el colonialismo es una cosa maligna y debe ser erradicada de la Tierra”.
Esto cobra relevancia hoy porque, como señala el informe de Oxfam, existe una nueva forma de colonialismo a cargo de los plutócratas y oligarcas, quienes sumen en la pobreza a millones de personas. Para demostrarlo, el informe presenta datos impactantes y espeluznantes, como el hecho de que la riqueza de los multimillonarios alcanzó en 2024 la cifra de 2,000 billones de dólares, creciendo tres veces más rápido que en el año anterior.
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Sin embargo, cerca del 60% de esta riqueza no se obtiene por trabajo, sino por tres factores principales: la herencia, el favoritismo y la corrupción o el poder monopólico. Durante 2024, cada semana surgieron cuatro nuevos billonarios, sumando más de 200 en todo el año.
Otro dato alarmante es que durante 2023, el 1% más rico del Norte Global se apropió de 30 millones de dólares cada hora, provenientes del Sur Global, gracias a la estructura del sistema financiero.
Como consecuencia, según el Banco Mundial (BM), el número de personas que viven en la pobreza —considerando un umbral de 6.85 dólares diarios— es el mismo que en 1990: 3,600 millones de personas, lo que representa el 44% de la población mundial. Además, el BM indica que solo el 8% de la humanidad vive en países con poca desigualdad. A raíz de la pandemia, se prevé que la situación haya empeorado.
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El informe también menciona que nuestra región es la que concentra la mayor riqueza derivada de las herencias y que solo nueve países de América Latina cuentan con impuestos a ellas. México es uno de los que no los tienen, a pesar de la necesidad de implementarlos. Sin embargo, hasta ahora los gobiernos de todos los partidos han evitado enfrentarse a la oligarquía nacional, que se muestra complacida en las páginas de las revistas sociales.
Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam Internacional, en una entrevista en El País expresó: “nos estamos moviendo de un escenario de desigualdad a otro de oligarquías globales”; y podríamos agregar que esta situación se agrava aún más con el regreso al poder del felón corrupto de Trump y sus compinches.
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Cita el documento otro tema que pone en blanco y negro la realidad en materia impositiva al indicar que más del 70% de la evasión fiscal que hay en el mundo la realizan los países miembros de la OCDE y, como ha encontrado la ONG Tax Justice
Network, muchos paraísos fiscales se encuentran en los países ricos y sus dominios.
Oxfam plantea al menos tres medidas urgentes: reducir la desigualdad como tarea primordial de los gobiernos, aplicar impuestos a los más ricos para frenar la acumulación desmedida de riqueza y poner fin al saqueo de recursos del Sur Global hacia el Norte.
A nivel mundial, enfrentamos dos realidades: el crecimiento de la pobreza extrema y el aumento de la riqueza extrema. Así no podemos seguir.