En medio de las tensiones diplomáticas con Washington provocadas por las redadas masivas de migrantes, Gerardo Fernández Noroña salió con la burrada de reclamar a Estados Unidos los territorios vendidos por Santa Anna. “¿Cómo puede el gobierno de Estados Unidos hablar de ‘liberar’ California o Los Ángeles? ¿Liberarlos de quién? Los mexicanos y mexicanas que viven ahí están asentados en lo que ha sido su patria desde siempre”, dijo, ofreciendo pagar por el muro fronterizo, pero con el mapa de 1830. Deslegitimar las fronteras que existen desde hace dos siglos equivale a deslegitimar a Estados Unidos como nación, abona a la retórica trumpista de que los inmigrantes son una invasión extranjera que amenaza la seguridad nacional y sabotea los esfuerzos de Claudia Sheinbaum por llevar la fiesta en paz con Trump. La provocación no es fortuita. Embona en el plan del Kremlin para arrastrar a México hacia un conflicto espurio con Estados Unidos a partir de los territorios perdidos, desglosado en un documento interno de la inteligencia rusa desclasificado por el Departamento de Justicia en 2024.
En 2022, Noroña fue puesto bajo la mira por su posición prorrusa tras la invasión de Ucrania. Un congresista republicano pidió la revocación de su visa, pero el Departamento de Estado de Biden no hizo caso. Eran otros tiempos. El retiro de visas se usaba para sancionar a extranjeros principalmente por actos de corrupción y violación de los derechos humanos, no para castigar a los que insultan a Estados Unidos o tienen opiniones que no coinciden con el gobierno. Ahora, como vimos con el reciente desaguisado que tuvo un alto funcionario del Departamento de Estado con una morenista histriónica de Jalisco, el gobierno no vacila en revocar visas. Pregunté a un vocero de la Embajada de Estados Unidos en México si estaban considerando quitarle la visa a Noroña, pero declinó decirme: “Los registros de visas son confidenciales según la ley estadounidense; por lo tanto, no podemos comentar sobre casos individuales”.
Dos días después de los disturbios violentos del 8 de junio en Los Ángeles, Noroña calificó de “poderosísima” la fotografía del hombre de la motocicleta que dio vueltas alrededor de un auto en llamas con la bandera nacional. En un video, el líder del Senado proclamó su “orgullo” por la comunidad mexicana. “Ahí están mis discursos en Estados Unidos en reuniones con migrantes, una y otra y otra y otra vez, diciéndoles, nosotros no podemos hacer lo que les toca a ustedes hacer: organizarse, levantarse, alzar la voz, hacer política, defender su derecho”, dijo, tomando crédito por las protestas y desoyendo el llamado de la “compañera presidenta” a sus porros para que moderen su beligerancia contra Estados Unidos. Sheinbaum se equivoca. No fue la oposición la que “enalteció” las imágenes virales de hombres enmascarados con la bandera de México durante las protestas, como acusó, sino su propia gente.
La imagen que Sheinbaum tachó de “falso montaje”, junto con la del hombre en la motociclista, fueron tomadas de videos transmitidos por las televisoras de Estados Unidos y distribuidas como imágenes fijas por Reuters y AFP. Los diarios del mundo las reprodujeron sin que nadie dijera que fueron generadas por la inteligencia artificial, como alegó Sheinbaum sin dar pruebas. Lo que dijo ser una “patrulla” en llamas, en realidad era un taxi Waymo Jaguar. The New York Times reportó que la gran mayaría de manifestantes en realidad eran ciudadanos estadounidenses, no migrantes mexicanos. Sheinbaum está mal informada.
En su primer día en la presidencia, Trump firmó una orden ejecutiva para que los extranjeros que buscan ingresar a Estados Unidos, “sean investigados y examinados al máximo nivel posible” para identificar a los solicitantes que no son admisibles, incluidos aquellos que representan una amenaza para la seguridad nacional. Las nuevas directrices buscan expresiones de hostilidad hacia los ciudadanos, la cultura, el gobierno, las instituciones o los principios fundadores de Estados Unidos. Marco Rubio ha dicho que la visa no es un derecho, sino un privilegio. Sintiéndose aludido, un propagandista antiyanqui de la 4T dio un golpe preventivo. El Monero Rapé, que exaltó la famosa imagen del hombre en motocicleta en un cartón, rompió su visa en señal de protesta. Noroña podría imitarlo rompiendo la suya en vivo y a todo color para sacarle mayor raja política… o probar suerte arriesgando a que se la quiten. Sea como fuere la decisión, se tomará con base en la información sobre Noroña que el Departamento de Estado considere ofensiva e incriminatoria.
@DoliaEstevez