Movimiento Ciudadano y sus vínculos delictivos en Puebla

22 de Marzo de 2025

Raúl García Araujo
Raúl García Araujo
Reportero con andanzas en varios periódicos y ex coordinador de información en FOROtv de Televisa.

Movimiento Ciudadano y sus vínculos delictivos en Puebla

columna Raúl García Araujo

El partido Movimiento Ciudadano (MC) se encuentra en la mira a nivel nacional, luego de que este viernes la Fiscalía General del Estado de Puebla realizara un cateo en el pueblo mágico de Chignahuapan, en una de las propiedades de Juan Lira, alias El Moco, un presunto líder huachicolero, considerado como el principal generador de violencia en la Sierra Norte del estado y ahora, vinculado al partido naranja.

Durante el cateo realizado en el predio denominado “El Tepetate”, los agentes ministeriales encontraron propaganda política de Yasmín Medina, la candidata a presienta municipal, abanderada por Movimiento Ciudadano (MC), pero además, esposa de Javier Nolasco, el abogado de Juan Lira.

De acuerdo con lo revelado por la Fiscalía, en el predio se encontraron 3,000 volantes de propaganda de la candidata naranja, listas nominales, 1,080 cupones para la presunta compra de votos y armamento, lo que apunta a un posible esquema de manipulación electoral y vínculos con actividades ilícitas.

El conflicto político en Chignahuapan surgió en 2024, luego de que el partido Fuerza por México (FxM), abanderara a Juan Lira para la presidencia municipal de Chignahuapan, y reclamara el triunfo, luego de una serie de irregularidades como compra de votos y hechos de violencia ocurridos durante y después de la elección del mes de junio.

Para ese entonces, Yasmín Medina fue incluida en la planilla de El Moco como primera regidora, sin embargo, las elecciones fueron anuladas y el Instituto Electoral del Estado (IEE) ordenó realizar elecciones extraordinarias para este domingo 23 de marzo.

Aunque todo estaba listo para que Lira repitiera como candidato, tras revelarse una presunta orden de captura en su contra, éste anunció que se retiraría de la contienda, emergiendo como abanderada del mismo grupo Yasmín Medina, quien ahora está marcada por los vínculos evidenciados en el predio de “El Tepetate”

No es el único caso que vincula al partido naranja con la delincuencia organizada en el estado de Puebla, recientemente también fueron detenidos los hermanos Uruviel y Giovanni González Vieyra, ambos presidentes municipales en funciones de Tlachichuca y Chalchicomula de Sesma (Ciudad Serdán), mientras que un tercero de los hermanos de nombre Ramiro, también alcalde en San Nicolás Buenos Aires, fue detenido y liberado por supuestos ciudadanos que se opusieron a la detención por parte de elementos federales. Él actualmente está prófugo.

Los tres hermanos son señalados por presuntamente proteger u operar bandas dedicadas al robo de camiones de carga en la región centro del estado de Puebla, especialmente en los municipios que gobiernan, zona que ya es conocida popularmente como “El Triángulo Naranja”, por ser emanados precisamente de Movimiento Ciudadano.

La situación plantea serias dudas sobre el control interno del partido. Mientras los exdirigentes Fernando Morales y Dante Delgado otorgaron las candidaturas, hoy la responsabilidad recae en Fedrha Suriano, actual dirigente estatal de MC y Jorge Álvarez Máynez, en lo nacional.

Con un historial político que la llevó del PRI al morenovallismo, antes de incorporarse a Movimiento Ciudadano, Suriano enfrenta hoy una crisis de credibilidad que podría afectar las aspiraciones del partido en el estado. Incluso fue objeto de una protesta de los simpatizantes de los Vieyra, quienes hace dos semanas tomaron el Congreso del Estado para exigir hablar con ella, pero nunca les dio la cara.

Estos casos exponen una preocupante tendencia: la aparente infiltración de redes criminales en estructuras políticas. No se trata solo de individuos, sino de un patrón que, de confirmarse, afectaría gravemente la imagen que buscaba construir Movimiento Ciudadano en las últimas dos elecciones presidenciales, como una alternativa viable y honesta. Las autoridades deben profundizar en las investigaciones y, de ser necesario, deslindar responsabilidades para evitar que la democracia en Puebla siga manchada por intereses ajenos al bien común.

Lo ocurrido en Chignahuapan y en “El Triángulo Naranja” es un llamado de atención. Si MC desea consolidarse como un partido serio, debe demostrar con hechos su compromiso con la legalidad. La pregunta es: ¿lo hará?