México en el ciclo económico global: estabilidad para el desarrollo

18 de Marzo de 2025

Víctor J. López
Víctor J. López
Abogado internacional mexicano, socio fundador de Sánchez-Labrador & López Martínez S.C. (SLLM) y actualmente Representante del Gobierno del Estado de Yucatán en la Ciudad de México. La firma es reconocida en América Latina por su enfoque en innovación, inversión extranjera y emprendimiento. Con una amplia trayectoria en el sector público y privado,Es miembro de la Barra Internacional de Abogados, miembro de la junta directiva de la Asociación de Abogados México-Estados Unidos y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.

México en el ciclo económico global: estabilidad para el desarrollo

victor j. lópez

A lo largo de la historia, las economías han atravesado ciclos de expansión y contracción que responden a una combinación de factores internos y externos. Desde la crisis de la deuda latinoamericana en los años 80 hasta la gran recesión de 2008 y la disrupción causada por la pandemia en 2020, el mundo ha sido testigo de cómo los periodos de auge suelen ser seguidos por fases de ajuste y reacomodo.

Hoy nos encontramos en una de esas transiciones. La economía global enfrenta un entorno desafiante: tasas de interés elevadas en las economías desarrolladas, una desaceleración en China, conflictos geopolíticos que han alterado las cadenas de suministro y una nueva ola de proteccionismo en países clave como Estados Unidos. Todo esto ha generado incertidumbre y volatilidad en los mercados emergentes, pero dentro de este panorama, México se destaca como un caso atípico.

A diferencia de otras naciones que enfrentan crisis cambiarias, déficits fiscales insostenibles o falta de infraestructura para atraer inversión, México cuenta con una combinación de estabilidad macroeconómica, ubicación estratégica y continuidad en políticas de desarrollo que lo convierten en un destino privilegiado para el crecimiento. Sin embargo, el gran reto es convertir estas ventajas en un modelo de transformación estructural, más allá de los ciclos económicos globales.

El Nearshoring y el Nuevo Proteccionismo: Riesgos y Oportunidades para México

Uno de los fenómenos más discutidos en los últimos años ha sido el nearshoring: la reubicación de cadenas de producción desde Asia hacia América del Norte. En teoría, México debería ser el principal beneficiario de esta tendencia debido a su cercanía con el mayor mercado de consumo del mundo, su red de tratados comerciales y su capacidad industrial.

Sin embargo, la realidad es más compleja. La nueva política industrial de Estados Unidos, marcada por un fuerte proteccionismo, ha cambiado las reglas del juego. La Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act) y la Ley de Chips y Ciencia (CHIPS and Science Act) han creado subsidios masivos para fomentar la producción en territorio estadounidense, limitando los beneficios del nearshoring para países como México. Además, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han llevado a que Washington implemente nuevas barreras a la importación de productos con insumos de origen chino, afectando la integración de las cadenas productivas en América del Norte.

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A pesar de estos obstáculos, México sigue teniendo ventajas competitivas difíciles de replicar. Su red logística con Estados Unidos es la más desarrollada de la región, su capital humano en sectores estratégicos como la manufactura avanzada y la electrónica es altamente competitivo, y sus costos siguen siendo significativamente menores que los de sus socios de América del Norte. Más aún, el país ha mantenido una estabilidad macroeconómica que lo diferencia de otros mercados emergentes, lo que da confianza a los inversionistas.

Pero para que México siga captando inversión en este entorno más restrictivo, necesita reforzar sus capacidades. La clave está en profundizar la inversión en infraestructura, mejorar la seguridad en corredores industriales estratégicos y garantizar un entorno regulatorio predecible que incentive la instalación de empresas globales.

Renacimiento Maya: Un Modelo de Desarrollo Regional

Uno de los ejemplos más claros de cómo México puede convertir su potencial en crecimiento real es el Renacimiento Maya, una estrategia integral que busca transformar la economía del sureste del país. Bajo el liderazgo del gobernador Joaquín Díaz Mena, Yucatán pretende consolidar un modelo de desarrollo puesto en práctica a nivel nacional, ahora en lo estatal, combinando inversión en infraestructura, fomento a la manufactura y políticas de inclusión social.

La modernización del Puerto de Progreso, la creación de nuevas zonas industriales y la integración logística con el Tren Maya han convertido a Yucatán en un polo de atracción para sectores como la manufactura avanzada, la logística y el turismo de alto valor. A diferencia de otros proyectos de infraestructura que han enfrentado obstáculos de implementación, el Renacimiento Maya está demostrando ser un ejemplo de continuidad y visión estratégica, facilitando la llegada de inversión privada y mejorando las condiciones de vida de la población.

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Más aún, el enfoque del gobierno estatal ha ido más allá del crecimiento económico. Se ha puesto especial énfasis en la justicia social, con programas de capacitación para que la población local pueda integrarse a las nuevas oportunidades laborales, así como en la sostenibilidad ambiental, asegurando que el desarrollo no comprometa los recursos naturales de la región.

Este modelo es una prueba de que cuando existe una estrategia bien definida, con continuidad en las políticas públicas y un enfoque de largo plazo, es posible generar crecimiento más allá de los ciclos económicos globales.

El Reto de México: Profundizar su Estrategia de Desarrollo

Si algo nos enseña la historia económica es que los países que logran consolidarse como potencias no son aquellos que simplemente reaccionan a los ciclos globales, sino los que implementan estrategias de largo plazo para maximizar sus ventajas estructurales. México tiene la oportunidad de hacerlo, pero necesita profundizar su apuesta por el desarrollo.

Esto implica reforzar la inversión en infraestructura clave, garantizar un entorno de seguridad y certeza jurídica para la inversión, y promover modelos regionales que detonen el crecimiento fuera de los polos tradicionales del país. El Renacimiento Maya es una muestra de que esto es posible, pero el reto es replicar esta visión en otras regiones del país.

El mundo atraviesa un momento de redefinición económica, con nuevas reglas en el comercio, la producción y la inversión. México tiene todo para salir fortalecido, pero la clave está en profundizar el rumbo y no perder el enfoque. La estabilidad por sí sola no basta; lo que se necesita es una estrategia ambiciosa que consolide al país como el destino más sólido para la inversión y el desarrollo en el siglo XXI.