Hoy se hablará en “casi todo el mundo” de Donald Trump. Este 20 de enero de 2025 es una fecha importante para Estados Unidos: el Republicano regresa a la presidencia de su país, convirtiéndose en el primer mandatario desde Grover Cleveland en ocupar el cargo en dos momentos no consecutivos.
Su retorno, acompañado de una “trifecta gobernante” que otorga a su partido el control de la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes, redefine el equilibrio de poder interno y desata intensas reacciones a nivel internacional.
De esta manera, con una mayoría republicana en el Senado (53 escaños) y en la Cámara de Representantes (219 escaños), Trump cuenta con las herramientas para impulsar su agenda, pero los márgenes estrechos entre ambos partidos anticipan tensas negociaciones legislativas.
PUEDES LEER: Entre el humo y el vapor
Según los expertos, este escenario, aunque favorable para el nuevo presidente, no garantiza un camino fácil. Muchas leyes seguirán requiriendo apoyo bipartidista para avanzar, lo que generará enfrentamientos continuos. Pero más allá de lo que ocurra a nivel local, el regreso de Trump no es sólo una cuestión de política interna; su impacto se proyecta globalmente, afectando economías, alianzas y conflictos.
Así lo definió la experiencia previa. La política económica durante su primer mandato estuvo marcada por un enfoque proteccionista y nacionalista. Ahora, todo apunta a que esta tendencia no sólo se mantendrá, sino que se intensificará.
Las industrias tradicionales como la del acero y la automotriz volverán a estar en el centro de las prioridades del gobierno. Además, se prevé un endurecimiento en las relaciones comerciales con China, con posibles nuevos aranceles destinados a reducir el déficit comercial.
Y para nosotros los mexicanos ¿qué hay? Para nuestro país, este panorama plantea retos significativos. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) enfrentará una revisión en 2026, pero desde este 2025 se anticipan tensiones por los cambios regulatorios que podrían imponer mayores controles y requisitos de contenido regional.
PUEDES LEER: La hipocresía del poder
Este escenario, sumado a una política migratoria más estricta, podría impactar no sólo en el comercio bilateral, sino también en el flujo de remesas, un pilar económico para millones de hogares mexicanos.
No olvidemos que las remesas han sido un alivio crucial para la economía mexicana. Sin embargo, las deportaciones y un endurecimiento en las condiciones laborales para migrantes pueden poner en riesgo esta fuente de ingresos.
En breve sabremos si la narrativa de Trump mientras fue candidato y presidente electo se plasma en la realidad. Por eso, México se encuentra ante un nuevo desafío en múltiples frentes: comercial, migratorio y de seguridad. El endurecimiento de la política migratoria, con deportaciones masivas en la agenda, y la posibilidad de designar a los cárteles como organizaciones terroristas podrían desestabilizar aún más la región.
En el ámbito internacional, el regreso de Trump plantea interrogantes sobre el papel de Estados Unidos en conflictos globales. Durante su primer mandato, Trump mostró afinidad por reducir la intervención militar y presionar a aliados de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN) para asumir mayor responsabilidad en su propia defensa. Ahora, se espera que esta postura se agudice.