Los aranceles y el cambio climático

12 de Abril de 2025

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

Los aranceles y el cambio climático

Le Clercq

La guerra de aranceles declarada por la administración Trump como estrategia para reducido sus niveles de déficit comercial con otros países, abre la puerta a una profunda transformación en la estructura del comercio internacional que hemos conocido por varias décadas, con el riesgo añadido de una recesión económica global producida directamente por las decisiones implementadas.

Además de las implicaciones impredecibles en el comercio global, el sistema financiero internacional y las expectativas de crecimiento económico, la guerra de aranceles y sus consecuencias tendrán un impacto terriblemente negativo en múltiples ámbitos, entre ellos la viabilidad de las negociaciones sobre cambio climático en los próximos años.

Contener el aumento en la temperatura global en menos de 2 grados, considerando que múltiples estudios señalan que ya no es posible aspirar razonablemente a la meta de 1.5 grados, y reducir los riesgos de enfrentar eventos naturales catastróficos, depende de que los países firmantes del Acuerdo de París aumenten el nivel de ambición de sus compromisos nacionales de mitigación y transferencia financiera hacia los países más pobres. Es claro desde 2015 que la suma de reducción de emisiones acordada por la comunidad internacional es insuficiente y que los escenarios proyectan que podrían alcanzarse temperaturas en el rango de los 2.6 y 3.5 grados.

Aun si la temperatura global se contiene en 2 grados, los países en desarrollo y de bajos recursos enfrentan mayor riesgo de sufrir el impacto de desastres naturales más agresivos y destructivos. Esto exige programas de adaptación y estrategias de reconstrucción ante pérdidas y daños que pasan por la transferencia de recursos financieros suficientes y oportunos desde los países en desarrollo. En este caso, los países desarrollados se han quedado muy lejos de cumplir con la transferencia de recursos comprometida en el Acuerdo de París.

La administración Trump ha reafirmado su rechazo a cumplir sus compromisos de política climática a nivel internacional. Anunciar su salida del Acuerdo de París representó un primer golpe a la línea de flotación de la viabilidad de la arquitectura climática global, pero la guerra de aranceles y sus efectos económicos pueden significar el tiro de gracia. Cómo quedó evidenciado durante la crisis de 2008, posteriormente con la pandemia y la guerra en Ucrania, las agendas políticas nacionales suelen desviarse y dejar de lado de los compromisos climáticos en cuanto aparecen las señales de turbulencia económica y financiera. ¿Por qué esperar que los países mantengan la intención de implementar acciones ambiciosas y efectivas ante el cambio climático, cuando los Estados Unidos han abandonado el tablero de juego? Con la guerra de aranceles en el centro de las discusiones, las prioridades políticas nacionales estarán enfocadas a garantizar crecimiento, contener la recesión y evitar impactos más graves en los niveles de empleo y calidad de vida.

El cambio climático vuelve a ser un tema secundario en las agendas nacionales, a pesar de que las señales advierten que se acaba el tiempo para definir soluciones efectivas, plausibles y justas. Los temas urgentes y los conflictos geopolíticos no dejan espacio para atender la amenaza de un planeta más caliente y marcado por cascadas de riesgos catastróficos, los cuales, sin embargo, siguen sin ser percibidos como tales por gran parte de la población. El panorama no deja mucho espacio para el optimismo, la situación económica internacional servirá de pretexto para la inacción climática y con la parálisis se perderá tal vez la última ventana de oportunidad para evitar aumentos por encima de los 2 grados. Todo lo cual implica ciclos de retroalimentación impredecibles en el sistema climático, pérdidas y daños incalculables y una mayor exposición a riesgos y vulnerabilidad para países de bajos recursos y en desarrollo que en realidad contribuyeron muy poco en provocar el calentamiento global.

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