Karl Polanyi inicia su obra cumbre, La gran transformación (editada en español por el Fondo de Cultura Económica, 2017), reflexionando sobre las bases estructurales que determinaron las condiciones políticas, sociales y económicas del siglo XIX, siglo marcado por el predominio de condiciones de estabilidad y la paz en el sistema internacional. Para Polanyi, el liberalismo económico y la larga paz decimonónicas, más allá de la irrupción de conflagraciones aisladas y de poca duración, se fundamentaba en la articulación de cuatro grandes sistemas institucionales: balance de poder internacional dependiente del concierto de las naciones y la contención derivada de los incentivos y presiones de las altas finanzas internacionales; economía mundial organizada sobre la base del patrón oro; sistema de mercado libre y autoregulado; y una tendencia a la organización política en Estados liberales constitucionales.
Conforme estos sistemas institucionales se erosionaron hasta su colapso, provocaron la catástrofe que define a las primeras cuatro décadas del siglo XX: dos guerras mundiales, el ascenso de los regímenes totalitarios, depresión económica y derrumbe del sistema financiero internacional. Los niveles de violencia política y el horizonte de incertidumbre económica en la primera mitad del siglo XX, son resultado del derrumbe de esas instituciones y de la volatilidad propia de la transición hacia un nuevo modelo.
El análisis de Polanyi tiene gran relevancia para entender la pérdida de certidumbres que define a nuestros días. Tal como ocurrió en el pasado, las instituciones que definían las relaciones internacionales y la vida política de las naciones a partir de la segunda mitad del siglo XX, han comenzado a colapsarse dando lugar a un escenario de demolición del mundo que dábamos por inevitable, provocando la irrupción de procesos políticos impensables tan solo hace unos años y una transición global llena de incertidumbre y turbulencias.
La transformación de nuestros tiempos involucra la erosión de cuatro instituciones que determinaban el horizonte de certidumbre que conocíamos: la afirmación de democracias liberales da paso autocracias electorales, democracias nacionalistas con libertades acotadas y el regreso sin ambages de los discursos y simbolismos de las derechas extremas de la primera mitad del siglo XX; el sistema de libre comercio y globalización se sacude ante la afirmación de una extraña combinación de proteccionismo económico y oligarquías tecnológicas; el sistema de contención multilateral construido a partir de la derrota de los totalitarismos y los procesos de descolonización, deriva en una geopolítica de poderes salvajes; no es claro todavía cómo y hacia qué se transformará el sistema financiero basado en un sistema de tipos cambiarios fluctuantes, hegemonía del dólar y regulación de instituciones financieras internacionales.
La transformación contemporánea ocurre por demás en un contexto de dos cambios a nivel planetario cuyas consecuencias son impredecibles pero que terminarán alterando, profunda e irreversiblemente, los procesos de producción e intercambio económico, la organización política y social, la construcción de conocimiento y desarrollo tecnológico y que, incluso, pondrán en duda la supervivencia de la vida humana y de otras especies: la emergencia de la inteligencia artificial y la crisis climática y ambiental global. Una metamorfosis del mundo y sus ciclos vitales que, por el nivel de las cascadas de riesgo involucradas y sus procesos de retroalimentación impredecibles, de acuerdo con la visión de James Lovelock, supone la entrada a una nueva era planetaria definida como el Novoceno.
Esa nueva era apenas comienza a esbozarse, pero nos sacude con sus sorpresas y turbulencias cotidianas. Nuestro margen de maniobra política es limitado y depende de la calidad y efectividad de las decisiones y compromisos internacionales que se alcancen en los años próximos. Son tiempos de gran complejidad y riesgo que demandan también un gran sentido de liderazgo y responsabilidad política, lo cuales hoy lucen por su ausencia.