La respuesta de México ante los aranceles de Trump y el papel clave de los estados en la defensa de la economía

3 de Febrero de 2025

Víctor J. López
Víctor J. López
Abogado internacional mexicano, socio fundador de Sánchez-Labrador & López Martínez S.C. (SLLM) y actualmente Representante del Gobierno del Estado de Yucatán en la Ciudad de México. La firma es reconocida en América Latina por su enfoque en innovación, inversión extranjera y emprendimiento. Con una amplia trayectoria en el sector público y privado,Es miembro de la Barra Internacional de Abogados, miembro de la junta directiva de la Asociación de Abogados México-Estados Unidos y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.

La respuesta de México ante los aranceles de Trump y el papel clave de los estados en la defensa de la economía

victor j. martinez

La decisión del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 25% a todas las exportaciones mexicanas y canadienses, así como un 10% a las provenientes de China, es una medida arbitraria que ignora los principios básicos del comercio internacional y representa un retroceso en la integración productiva de América del Norte. Justificada bajo el pretexto de controlar la migración y combatir el narcotráfico, esta acción es en realidad un instrumento de presión política que daña tanto a México como a la economía estadounidense.

Lejos de beneficiar a la industria nacional de EE.UU., los aranceles encarecen la producción, elevan la inflación y reducen la competitividad de las empresas que dependen de insumos importados. Al mismo tiempo, generan inestabilidad en los mercados y deterioran la confianza de los inversionistas. Esta política proteccionista, lejos de fortalecer la economía estadounidense, repite errores históricos que han demostrado ser perjudiciales incluso para quienes los imponen.

México ha respondido con una estrategia integral que combina diplomacia comercial, represalias dirigidas a sectores clave de EE.UU. y un reforzamiento de la competitividad interna del sector exportador. Sin embargo, la clave para resistir este embate no está solo en las acciones del gobierno federal. La defensa de la economía nacional también depende de lo que hagan los estados para reducir costos de producción y mejorar la capacidad exportadora de sus industrias.

El impacto de los aranceles en Estados Unidos: un error de cálculo

Los aranceles son presentados por la administración de Trump como una herramienta para corregir déficits comerciales y proteger empleos en EE.UU., pero en la práctica, su impacto suele ser el contrario. Cuando un país impone aranceles a productos importados, las empresas que dependen de esos insumos enfrentan costos más altos, lo que las obliga a subir precios o reducir su producción. Esto genera presiones inflacionarias y puede llevar a la reubicación de fábricas fuera del país.

El sector automotriz es un ejemplo claro de este efecto. La industria estadounidense depende de autopartes fabricadas en México, que ahora serán un 25% más caras. Esto no solo encarece la producción de vehículos en EE.UU., sino que también reduce la competitividad de las automotrices norteamericanas frente a sus rivales europeos y asiáticos. Lo mismo ocurre en sectores como el aeroespacial y el agroindustrial, donde los costos adicionales por aranceles erosionan los márgenes de ganancia de las empresas y las obligan a buscar nuevas estrategias para mantenerse a flote.

El impacto no solo se limita a las empresas. Los consumidores también pagarán el costo de estos aranceles. Con precios más altos en alimentos, electrónicos, maquinaria y bienes de consumo, la inflación podría acelerarse en EE.UU., reduciendo el poder adquisitivo de las familias y afectando el crecimiento económico.

La respuesta de México: firmeza y fortalecimiento interno

Ante este escenario, el gobierno de México ha tomado una postura clara y estratégica. En lugar de caer en una guerra comercial de escalada incontrolable, ha anunciado que optará por utilizar los mecanismos de solución de controversias del USMCA para impugnar la legalidad de los aranceles y ha implementado medidas de represalia dirigidas a sectores clave de la economía estadounidense. Además de la respuesta diplomática y comercial, la estrategia de México incluye el fortalecimiento de la competitividad del sector exportador. La clave para mitigar el impacto de estos aranceles no es solo negociar su eliminación, sino garantizar que las industrias mexicanas puedan operar con costos eficientes y acceso a nuevos mercados.

Aquí es donde los estados juegan un papel determinante. Más allá de las decisiones que se tomen a nivel federal, la competitividad de México depende de lo que las entidades hagan para mejorar su infraestructura, reducir costos logísticos y atraer inversión productiva.

El papel de los estados en la defensa del sector exportador: El Renacimiento Maya.

Si bien el comercio exterior es una competencia federal, los estados tienen herramientas clave para fortalecer la economía y garantizar que las empresas puedan exportar de manera competitiva. Esto implica inversiones en infraestructura, gestionar incentivos fiscales y mejoras en la conectividad para reducir costos logísticos, un ejemplo de esto es el plan Renacimiento Maya que está implementando en Yucatán el Gobernador Joaquin Diaz Mena.

La inversión en infraestructura portuaria es una de las estrategias más efectivas para mitigar los efectos de los aranceles. En este sentido, Yucatán ha desarrollado un plan estratégico para triplicar la capacidad del Puerto de Progreso, su principal punto de salida para el comercio exterior. Con esta ampliación, el estado podrá recibir embarcaciones de mayor calado y expandir su comercio con Europa, Asia y Sudamérica, reduciendo la dependencia del mercado estadounidense. Además, con un puerto más eficiente, los costos logísticos disminuirán significativamente, lo que permitirá a las empresas operar con márgenes de competitividad más amplios.

La conectividad es otro factor clave en esta estrategia. La modernización del sistema ferroviario de Yucatán facilitará el transporte de manufacturas hacia los puertos y los mercados nacionales e internacionales. Un sistema de transporte eficiente es fundamental para el sector exportador, ya que reduce tiempos de entrega y costos operativos. Con una mejor conectividad, las empresas pueden acceder a una red de distribución más amplia y eficiente, lo que fortalece su capacidad para competir en mercados globales.

Además de la infraestructura, Yucatán ha impulsado la creación de Polos del Bienestar, zonas económicas con incentivos fiscales diseñadas para atraer inversión y fortalecer la manufactura para la exportación. Estas áreas especializadas permiten que las empresas reduzcan su carga tributaria, accedan a insumos más baratos y operen con mayor eficiencia. La combinación de bajos costos logísticos, incentivos fiscales y una red de transporte optimizada posiciona a Yucatán como un destino atractivo para la inversión extranjera, lo que a su vez genera empleo y crecimiento económico.

Los beneficios de esta estrategia son múltiples. Un entorno más competitivo incentiva la llegada de nuevas empresas y mejora la productividad del sector manufacturero. Con costos logísticos más bajos y un acceso más eficiente a los mercados internacionales, las exportaciones pueden seguir creciendo a pesar de las barreras comerciales impuestas por EE.UU.

Conclusión: un esfuerzo coordinado para enfrentar el proteccionismo

La imposición de aranceles por parte de la administración Trump es un desafío significativo para la economía mexicana, pero la respuesta hasta ahora ha sido firme y bien estructurada. La estrategia del gobierno federal, basada en la diplomacia comercial, represalias estratégicas y fortalecimiento interno, ha sido la correcta. Sin embargo, esta no es una lucha que se pueda ganar únicamente desde el Gobierno de México.

El futuro del sector exportador también depende de lo que hagan los estados para complementar esta estrategia. Invertir en infraestructura, mejorar la conectividad y crear incentivos para la inversión son acciones que pueden hacer la diferencia entre una economía vulnerable y una que se fortalece ante la adversidad.

Yucatán ha demostrado que con una visión de largo plazo y planificación estratégica, es posible reducir la vulnerabilidad de su economía y generar nuevas oportunidades en el comercio global. Si más estados siguen este modelo, México no solo podrá resistir los aranceles de Trump, sino también consolidarse como una potencia exportadora con capacidad de competir en el escenario internacional.