Las empresas estadunidenses Barna y Ministries Pure Desire (MPD) (Ministerios “Deseo Puro”) llevaron a cabo una estudio-encuesta denominado Beyond the Porn Phenomenon (Más allá del Fenómeno Porno) entre congregaciones cristianas de Estados Unidos, donde concluyen que el consumo de pornografía en congregaciones evangélicas va en aumento, toda vez que el 61% de los encuestados revelaron que visitan regularmente sitios web triple X y compran películas del mismo tema.
El estudio también indica que cada día más mujeres se suman a la lista de consumidores de pornografía. En los últimos 10 años, el número de féminas que acceden a páginas de contenido sexual explícito ha aumentado, y al menos 3 de cada 10 reconocieron haber visitado -aunque sea una vez- una página, y al menos una es pictofílica (adicta a las imágenes o videos pornográficos).
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El concepto que varones y mujeres cristianas tienen acerca de la pornografía es diametralmente distinto, según estas empresas que llevaron a cabo el estudio: mientras ellas dicen que es dañina para la vida sexual y espiritual de la iglesia, ellos opinan que es casi nula la influencia maligna que representa ver películas o videos para adultos. Pastores y líderes son quienes la condenan en el púlpito, pero son consumidores habituales, indica la encuesta.
Barna y MPD preguntaron también a representantes religiosos si tenían algún programa para ayudar a quienes desean salir de la adicción al porno y sólo un 9% de ellos dijo tener terapeutas especializados o talleres de autoayuda para atender a los feligreses, a pesar de que más del 75% de pastores admitieron tener en sus congregaciones el problema de manera creciente, sobre todo con hombres casados. Sólo un 86% de ministros de culto encuestados admitieron que más de una vez han entrado a sitios porno en la web.
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Aunque en México no existen este tipo de estudios ni encuestas, hay cifras -sin comprobar- que hablan de que al menos un 90% de pastores y líderes son habituales visitantes a páginas de contenido sexual para adultos. Y es que ellos dicen ministrar (dar consejería espiritual) a quienes solicitan ser atendidos por un ministro de culto para superar sus parafilias (adicciones sexuales poco comunes que producen malestar al paciente).
Hay casos graves, ya que muchos pastores no son profesionales de la salud y confunden regularmente una parafilia con un delito del orden sexual. No es lo mismo ver pornografía que grabar o tomar fotos sin consentimiento de las personas, a mujeres o varones y utilizarlas para fines sexuales, sobre todo si de menores de edad se trata, lo cual pasa con frecuencia en lugares de culto público. Hechos que por cierto, al igual que el abuso y acoso, se encubren en el gremio.
PALABRA DE HONOR: Otro sacerdote asesinado: ahora fue en Chiapas, se llamaba Marcelo Pérez Pérez, quien señaló en muchas ocasiones que la violencia en la entidad era responsabilidad también del gobierno. Nuevamente, la iglesia católica exige una paz duradera, mientras otras religiones (al menos unas 65 mil de otras confesiones registradas) quedan mudas al respecto.