Últimamente me han preguntado mucho acerca de qué es la ley y la violencia vicaria. Es por ello que decidí escribir acerca de ello porque incluso se ha llegado a confundir con los derechos que ya existen y tienen los hombres. La violencia vicaria es una forma de violencia de género que ha ido ganando mayor visibilidad en los últimos años. Este término fue acuñado por la psicóloga clínica Sonia Vaccaro para describir una modalidad de maltrato donde el agresor busca causar daño emocional a una mujer a través de sus hijos o seres queridos. En esencia, el perpetrador utiliza a las personas más cercanas y queridas de la víctima como “instrumentos” para infligirle sufrimiento, manipulación y control.
La violencia vicaria es una forma de violencia de género que busca causar daño a las mujeres a través de sus hijos, como medio de control o represalia tras la ruptura de una relación de pareja. Se refiere a cuando uno de los progenitores, comúnmente el padre, utiliza a los hijos como herramientas de violencia psicológica para lastimar a la madre, ejerciendo presión emocional y utilizando la custodia o los derechos sobre los hijos como una forma de chantaje o manipulación.
Características de la violencia vicaria
- Uso de los hijos como arma: Una de las formas más comunes de violencia vicaria es la instrumentalización de los hijos. El agresor puede privar a la madre del contacto con sus hijos, manipular sus emociones o incluso dañar físicamente a los menores para castigar o controlar a la mujer. En muchos casos, se trata de una extensión del maltrato psicológico y físico que la mujer ya ha experimentado en la relación de pareja.
- Manipulación emocional: Además de los hijos, la violencia vicaria también puede implicar a otros familiares o amigos cercanos a la víctima. El agresor puede amenazar con hacerles daño o tratar de deteriorar la relación entre la víctima y sus seres queridos como una forma de aislarla y debilitar su red de apoyo emocional.
- Consecuencias psicológicas graves: Esta forma de violencia tiene un impacto devastador en las víctimas, que a menudo se sienten impotentes al no poder proteger a sus hijos o seres queridos del maltrato. El sufrimiento emocional que resulta de ver a sus seres queridos afectados es profundo y muchas veces lleva a la víctima a desarrollar trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático.
- Dificultades legales y sociales: En muchos sistemas judiciales, la violencia vicaria no está tipificada claramente, lo que dificulta la protección de las víctimas. A menudo, los agresores explotan vacíos legales o utilizan el sistema de custodia compartida para continuar ejerciendo control y maltrato sobre la mujer, incluso después de la separación.
Por otro lado, “La Ley Vicaria” surge en respuesta a esta modalidad de violencia, con el objetivo de proteger a las madres y a los hijos de las consecuencias que trae este tipo de maltrato. Esta legislación busca garantizar que se tomen medidas judiciales adecuadas cuando uno de los padres usa a los hijos como instrumentos para generar daño emocional a la madre, y así evitar que esta situación se prolongue o empeore.
La importancia de visibilizar la violencia vicaria
Es crucial que esta forma de violencia se reconozca y se tipifique claramente en las leyes, ya que se trata de una agresión grave que afecta no solo a las mujeres, sino también a los menores y a otros familiares. La violencia vicaria perpetúa el ciclo de maltrato y causa un daño emocional duradero tanto en las víctimas directas como en las indirectas.
La visibilización de la violencia vicaria también es esencial para que las víctimas puedan encontrar el apoyo y la protección que necesitan. Los profesionales de la salud mental, los servicios sociales y el sistema judicial deben estar formados para identificar y abordar estos casos con la seriedad que requieren, protegiendo tanto a las mujeres como a los menores implicados.
La violencia vicaria es una forma de maltrato cruel y dañina que utiliza a seres queridos para perpetuar el control y el sufrimiento de las víctimas. Es necesario que como sociedad reconozcamos esta forma de violencia y trabajemos hacia la creación de mecanismos legales y sociales que protejan a las víctimas, ofreciéndoles la seguridad y el apoyo necesarios para romper con el ciclo de abuso.
Esta forma de violencia ha sido reconocida como un problema grave en diversos países de América Latina, y México no es la excepción. Recientemente, varios estados de México han comenzado a legislar para combatir esta problemática, por ejemplo, Puebla con la diputada Fedrha Sauriano Corrales, reconociendo los efectos devastadores que tiene no solo en las madres, sino también en los propios niños, que quedan atrapados en conflictos emocionales entre sus padres.
La ley incluye aspectos como:
- La privación de la patria potestad o derechos de custodia a los padres que incurren en esta práctica.
- La adopción de medidas cautelares para garantizar el bienestar psicológico y emocional de los hijos.
- Sanciones específicas para quienes utilicen este tipo de violencia psicológica contra la madre.
La Importancia de la Ley Vicaria en la Protección de Mujeres y Niños
El reconocimiento legal de la violencia vicaria es fundamental para enfrentar una realidad que afecta a miles de mujeres en México. Esta modalidad de violencia, al no ser reconocida adecuadamente, dejaba a las víctimas desprotegidas y con pocas herramientas para defenderse en el ámbito legal. Las iniciativas de ley, como la que se está impulsando en Puebla, buscan crear un marco que permita la intervención del Estado en estos casos y que garantice la protección y el bienestar de los hijos.
El caso de Puebla es un ejemplo más de cómo las legislaciones estatales en México están empezando a abordar temas de violencia de género de formas más integrales, entendiendo que la violencia puede tomar muchas formas y que el bienestar de los niños debe ser prioridad en cualquier conflicto familiar.
A pesar de los avances, la implementación de la ley enfrenta ciertos desafíos. La capacitación de jueces, abogados y personal de los sistemas de protección infantil es crucial para garantizar que la ley vicaria sea aplicada correctamente. Además, se requiere un cambio cultural que visibilice y rechace esta forma de violencia, pues aún existe una falta de conciencia sobre la gravedad de los daños psicológicos que esta provoca.