Dejando de lado el conflicto comercial entre México, Estados Unidos y Canadá por el T-MEC, la migración y el fentanilo; el tema de mayor atención es la política interior del país, específicamente sobre los balances de poder y una discusión entre la comentocracia y la opinión pública respecto al poder real y el poder aparente en la presidencia de la república.
Esto debido a los constantes ejemplos que si no son, por lo menos parecen señales de un conflicto al interior del partido en el poder, lo cual resulta preocupante, porque sí bien una presidenta o un presidente deben responder únicamente a los ciudadanos, ahora las conversaciones giran en torno a la vida interna del partido que ocupa casi todo el poder en el país, tanto en el poder ejecutivo federal y casi todos los estatales, como en el Poder Legislativo en todos sus niveles; y próximamente quizás en el Poder Judicial.
Lo anterior cobra relevancia, ya que desde la época electoral en junio de 2024, la temporada de transición y en estos primeros meses en el poder de la Presidenta Claudia Sheimbaum, hubo casos donde pareciera existir contraindicaciones al interior de Morena, pues las distintas facciones mostraron breves pausas para decidir a quién seguir: sí al ahora líder moral de Morena o a la nueva Presidenta. Estos casos pudimos verlos en la selección de candidatos para la elección de Ciudad de México, donde López Obrador respaldó a Clara Brugada y donde nuestra Presidenta no logró concretar la candidatura de Omar García Harfuch.
Otro ejemplo más reciente lo vimos en la selección de la titular de la CNDH, donde todos los legisladores de Morena respaldaron a Rosario Piedra Ibarra, quien de acuerdo a trascendidos era impulsada por AMLO, mientras que Nashieli Ramírez, la opción de Sheimbaum tuvo nulo apoyo de las bancada morenista en el Senado. A esto se suma que los puestos de poder y toma de decisiones tanto en el partido Morena, como en el Legislativo y los poderes ejecutivos estatales son principalmente personajes cercanos a AMLO, por lo cual podría considerarse que López Obrador, está sin estar y que queda abierta la pregunta, ¿Dónde reside todo el poder?