La Era de la Revancha: El Mundo en un Punto de Quiebre

10 de Marzo de 2025

Víctor J. López
Víctor J. López
Abogado internacional mexicano, socio fundador de Sánchez-Labrador & López Martínez S.C. (SLLM) y actualmente Representante del Gobierno del Estado de Yucatán en la Ciudad de México. La firma es reconocida en América Latina por su enfoque en innovación, inversión extranjera y emprendimiento. Con una amplia trayectoria en el sector público y privado,Es miembro de la Barra Internacional de Abogados, miembro de la junta directiva de la Asociación de Abogados México-Estados Unidos y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.

La Era de la Revancha: El Mundo en un Punto de Quiebre

victor j. martinez

La historia no avanza en línea recta. Por el contrario, avanza en ciclos, con momentos de apertura y cooperación seguidos por periodos de repliegue, confrontación y reajuste del poder global. En la actualidad, nos encontramos en lo que algunos han llamado “la era de la revancha”, un tiempo en el que los grandes actores internacionales buscan corregir, revertir o incluso vengar lo que consideran afrentas históricas, errores del pasado o pérdidas de poder y prestigio.

Este periodo no es único. A lo largo de la historia, hemos visto cómo los órdenes internacionales han colapsado cuando las reglas del juego dejan de ser funcionales para las potencias emergentes o cuando las naciones consideran que el statu quo ya no responde a sus intereses. Desde el Tratado de Versalles hasta el colapso de la Guerra Fría, el mundo ha transitado varias veces por momentos de ajuste radical. Hoy, nuevamente, nos encontramos en una encrucijada.

Un Mundo Multipolar en Conflicto

En las últimas décadas, el consenso económico y político global parecía apuntar a un mundo interconectado y regido por instituciones internacionales. Sin embargo, las últimas crisis—la gran recesión de 2008, la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania, la competencia tecnológica entre EE.UU. y China—han fracturado ese consenso.

Ahora, múltiples actores buscan reescribir las reglas del sistema:

China aspira a consolidarse como la potencia dominante del siglo XXI, desafiando el dominio occidental y construyendo su propia esfera de influencia a través de proyectos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Rusia intenta recuperar el prestigio perdido tras la caída de la URSS, con una política exterior cada vez más agresiva, reflejada en la invasión de Ucrania y su desafío constante a Occidente.

Estados Unidos, en respuesta, se repliega en ciertos ámbitos, pero también refuerza su estrategia de contención, bloqueando el acceso de China a tecnología avanzada y ampliando alianzas estratégicas en Asia-Pacífico.

Europa, dividida entre la necesidad de autonomía estratégica y su dependencia de EE.UU., enfrenta el auge de movimientos populistas y una crisis de identidad que pone en duda la viabilidad del proyecto europeo a largo plazo.

El resultado es un mundo donde las alianzas tradicionales son más frágiles y donde las estrategias nacionales están marcadas por la revancha histórica, el reajuste de poder y la redefinición del comercio y la seguridad global.

¿A qué momento histórico se parece?

Si buscamos paralelismos históricos, este momento guarda similitudes con el periodo de entreguerras (1919-1939) y con los años previos a la Guerra Fría (1945-1950).

El Periodo de Entreguerras: Tras la Primera Guerra Mundial, el mundo quedó atrapado entre la promesa de paz de la Sociedad de Naciones y el resentimiento de naciones que consideraban que habían sido humilladas por los acuerdos de paz, especialmente Alemania, Italia y Japón.

Alemania, debilitada por el Tratado de Versalles, emprendió una política revanchista que culminó en la Segunda Guerra Mundial.

Japón, frustrado por la discriminación en la comunidad internacional, optó por la expansión militar en Asia.

Italia, buscando recuperar su antiguo esplendor, adoptó políticas expansionistas en África y el Mediterráneo.

Hoy, de manera similar, las grandes potencias no están satisfechas con el sistema actual. Rusia y China ven el orden global como una imposición occidental que deben modificar, mientras que EE.UU. lucha por mantener su liderazgo en un mundo cada vez más fragmentado.

Los Años Iniciales de la Guerra Fría: En la década de 1940, tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo se reorganizó en dos bloques, cada uno con su propia visión del futuro. La creación de la OTAN en 1949 y la consolidación del bloque soviético marcaron el inicio de una confrontación prolongada que definió la política global durante más de cuatro décadas.

Hoy, aunque no hay un enfrentamiento directo entre superpotencias, vemos un proceso similar: la creación de bloques geopolíticos con agendas distintas y estrategias competitivas en áreas como tecnología, energía y defensa.

Lo que diferencia nuestra época de estos periodos es la profunda interdependencia económica. A pesar de la competencia entre EE.UU. y China, ambas economías siguen vinculadas por cadenas de suministro globales. Sin embargo, esta interdependencia está empezando a desmoronarse con estrategias de nearshoring, proteccionismo y sanciones económicas, lo que podría llevar a un desacoplamiento progresivo de los bloques en conflicto.

La Nueva Reconfiguración del Poder

Si este es un momento de revancha, ¿cuál será su desenlace? En la historia, los ajustes de poder global pueden resolverse de tres maneras:

A través del conflicto: Si las tensiones siguen escalando, el resultado podría ser un enfrentamiento militar entre las grandes potencias, ya sea en Taiwán, el Mar del Sur de China o el este de Europa. La historia nos muestra que cuando un poder emergente desafía a un poder establecido, el choque suele ser inevitable (como ocurrió entre Esparta y Atenas en la guerra del Peloponeso o entre Alemania y el Reino Unido en la Primera Guerra Mundial).

Mediante una nueva estructura de poder: En algunos casos, los órdenes internacionales se reconfiguran sin guerra, como ocurrió en el Congreso de Viena en 1815 o con el establecimiento del sistema de Bretton Woods en 1944. Sin embargo, esto requiere una diplomacia eficaz y la capacidad de negociación entre las potencias, algo que hoy parece improbable dado el nivel de confrontación entre los actores globales.

A través del colapso de una de las partes: En la Guerra Fría, la URSS se desmoronó económicamente, permitiendo a EE.UU. consolidar su hegemonía sin un enfrentamiento directo. Algunos analistas sugieren que algo similar podría ocurrir con China si su modelo de crecimiento se estanca, o con Rusia si su economía colapsa bajo las sanciones occidentales.

El Futuro en una Encrucijada

La era de la revancha no es solo un concepto teórico; es una realidad que se refleja en la reconfiguración de la economía, la política y la seguridad global. Las grandes preguntas que definirán las próximas décadas son:

¿Hasta qué punto avanzará el proceso de desglobalización y fragmentación económica?

¿Podrán las instituciones internacionales adaptarse a esta nueva realidad o serán sustituidas por acuerdos bilaterales y alianzas más flexibles?

¿Será posible evitar un conflicto directo entre las grandes potencias, o estamos en el umbral de una nueva confrontación global?

La historia nos muestra que los períodos de reajuste del poder global son inevitables. Lo que aún está por verse es si el desenlace de esta era de revancha será pacífico o si, como tantas veces en el pasado, el equilibrio solo se alcanzará después de una gran crisis.