El sello propio de CSP: PresidentA

6 de Octubre de 2024

Karla Doig
Karla Doig

El sello propio de CSP: PresidentA

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La toma de protesta de la Dra. Claudia Sheinbaum fue histórica, emblemática y con actos y discursos colmados de simbolismos. Un día en el que empezó a distinguirse aún más el sello propio de la presidenta en el segundo piso de la transformación. No pude evitar contagiarme del entusiasmo de la Dra. Claudia, cuya frescura y seguridad se distinguían por empezar a dirigir los destinos de este país.

El primer acto de simbolismo que envió fue, sin lugar a dudas, el vestido bordado de origen oaxaqueño que lució la doctora, quien no dudó en portarlo en un país profundamente marcado por el machismo. A diferencia de figuras como Angela Merkel, frecuentemente vista con traje y con quien ha sido constantemente comparada. El color que eligió no solo realzó su presencia, sino que también simbolizó la neutralidad, la seguridad y la templanza, elementos fundamentales en su discurso dirigido a todo el pueblo de México.

Además de que, al llegar al Congreso, decidió tomarse una fotografía grupal con legisladoras y legisladores de diversos partidos, incluso saludó de manera cordial, y de beso a la actual presidenta de la Suprema Corte de la Nación, lo cual contrasta notablemente con aquel día controvertido en el que la ministra presidenta optó por permanecer sentada cuando el expresidente Andrés Manuel hizo su aparición con motivo del 106 aniversario de la Constitución.

Inició su discurso con un justo y legítimo reconocimiento a quien, a lo largo de gran parte de su vida, se ha dedicado incansablemente a la lucha por la transformación de México. Hoy, se despide después de haber impulsado a la primera mujer en la presidencia a ocupar la emblemática silla del águila, tras haber protagonizado una transición histórica y pacífica.

Con datos duros y alineados a su perfil científico, abordó la continuidad del segundo piso de la transformación, fundamentándose en los resultados reconocidos a nivel nacional e internacional del pasado sexenio en lo que respecta a la reducción de la pobreza y el desempleo, así como en la fortaleza del peso y los récords de inversión extranjera directa.

En el ámbito económico, se comprometió a que su gobierno actuaría con responsabilidad fiscal y a respetar la autonomía del Banco de México. En este sentido, envió un mensaje contundente a los inversionistas: “Tengan la certeza de que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país”. También destacó la importancia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Anunció tres nuevos programas de bienestar: el dirigido a mujeres de 60 a 64 años, el de becas destinadas a niñas y niños de escuelas públicas, y un tercero enfocado en la prevención y atención de la salud de los adultos mayores. También habló sobre un ambicioso programa de digitalización, así como sobre la construcción de viviendas especialmente para jóvenes y la gestión del agua. Sin embargo, uno de los aspectos que más me gustó fue su énfasis en la priorización de las energías limpias dentro de su Plan Nacional de Energía, con el objetivo de erradicar el cambio climático, un tema que había sido tabú en la administración anterior.

En materia de seguridad, enfatizó los buenos resultados obtenidos en la Ciudad de México, así como el traspaso de la Guardia Nacional a la SEDENA. Sin embargo, me hubiera gustado que proporcionara más detalles sobre su plan en relación con este tema. Por otro lado, no mencionó la estrategia de seguridad “abrazos y no balazos”, pero anunció su visita a Acapulco, lo cual me pareció muy positivo, ya que fue una de sus primeras acciones. Las personas, y especialmente a las y los lideres, se les conoce ante las crisis humanas.

Para concluir, hizo un llamado a nombrarla presidenta con A, ofreciendo un emotivo y espléndido mensaje a las mujeres. Posteriormente, se llevó a cabo un ritual realizado por mujeres indígenas para entregarle el bastón de mando, respaldado por casi 36 millones de votos: la presidenta más poderosa de la historia.

En resumen, mi percepción no fue errónea: la Dra. Claudia se mostraba contenta y emocionada por iniciar su labor, con su característico toque disciplinado y estructurado. En menos de 48 horas, comenzó su gira por las zonas más afectadas por el huracán John en Acapulco, Guerrero, y de inmediato envió al Senado de la República una serie de reformas en favor de las mujeres.

No cabe duda de que se inicia una nueva era, donde el sello propio de Claudia se hace cada vez más evidente, reflejándose en su estilo, prioridades y forma de ejercer el poder.