Después de transcurridos 5 meses desde la llegada al Ejecutivo Federal de la Dra. Claudia Sheinbaum, las expectativas sobre la conducción del país por parte de la primera mujer Presidenta de la República están más que superadas.
En este tiempo se ha establecido un estilo de gobernar, caracterizado por un liderazgo firme y sobrio, dónde ninguno de los desafíos del país ha quedado desatendido. Uno de los más significativos retos ha sido el materializar las reformas en el ámbito del Poder Judicial, superando diversas resistencias por parte de algunos de los más enconados opositores, en distintos niveles de la administración de justicia. Hoy en día es incuestionable que la reforma va, y que la deuda de justicia con el pueblo de México finalmente comenzará a ser saldada.
La seguridad de las familias mexicanas ha estado indudablemente entre las prioridades de la Presidenta. Ella y su equipo en esta materia, han mostrado una firme determinación a perseguir al crimen organizado y a cualquiera tipo de manifestación criminal. Y los resultados, reflejados en estadísticas serias, así lo evidencian.
Su visión y liderazgo han hecho posible que se abra el diálogo con diversos sectores. Así, México articula hoy en día una estrategia económica donde participa activamente la iniciativa privada, y se redefinen objetivos de crecimiento y desarrollo, con énfasis en fortalecer a las empresas nacionales, con una renovada política industrial, y ampliar las posibilidades del mercado interno, a la luz de las incertidumbres regionales y globales.
Y es que los cambios en el entorno internacional que rodea a México no han dejado de ser registrados y atendidos desde Palacio Nacional. La llegada de un mandatario impredecible a la Casa Blanca en Washington ha exigido de la Presidenta Sheinbaum una extraordinaria dosis de paciencia estratégica y a la vez de toma de iniciativas, para sortear las turbulencias que se generan sobre las relaciones bilaterales, especialmente en el ámbito comercial. México, bajo la conducción de Claudia Sheinbaum ha sido firme en la defensa de sus intereses nacionales y su soberanía, al tiempo que ha mostrado buena voluntad y apertura para discutir los temas sobre la mesa, sin sometimiento ni subordinación, pero con el mejor ánimo de coordinar acciones con su poderoso vecino del Norte. Esa ha sido la posición reiterada de nuestra Presidenta.
Hoy día se abre un capítulo más, por cierto muy complejo, en esa relación con los Estados Unidos. La imposición de elevados aranceles a las exportaciones de México al mercado estadounidense, bajo pretextos totalmente absurdos, significa en los hechos el desmantelamiento del T-MEC, con las predecibles consecuencias de tal decisión. Es un escenario donde nadie gana y todos perdemos, en un irracional juego de suma cero.
Para cualquier analista desapasionado las medidas arancelarias adoptadas por el Gobierno del Presidente Trump nada tienen que ver con problemas de migración indocumentada y tráfico de estupefacientes. En realidad se trata de medidas económicas para proteger a diversos sectores de la industria estadounidense, debilitada por la fuerte competencia comercial que se desató con la globalización y la apertura al comercio internacional. Es una estrategia del actual inquilino de la Casa Blanca, de cumplir con su promesa de “Make America Great Again”.
Muy a pesar de las infundadas acusaciones al Gobierno de México en las materias de seguridad y migración, que pretenden justificar esta guerra comercial, la Presidenta ha actuado con nervios de acero y habilidad diplomática. Los gestos y acciones concretas de parte de nuestro país para desmontar la anunciada ofensiva están a la vista.
En circunstancias tan dramáticas como las que se han declarado a partir de este día, la Presidenta Sheinbaum ha sido tajante: se van a defender la soberanía nacional y los intereses de México, estableciendo medidas idóneas para tales fines. Al mismo tiempo, ella se ha declarado una y otra vez abierta al diálogo, siempre y cuando se respeten los intereses de México y la agenda de conversaciones evidencie buena voluntad de todas las partes, para resolver cualquier problema con un enfoque de responsabilidad compartida, lejos de acusaciones demagógicas y soluciones falsas.
P.D. Nos vemos tod@s en el Zócalo el próximo Domingo.
Ernesto Villarreal Cantú
Coordinador de los Diputados del PT en el Congreso CDMX.
