En 2004, el cineasta mexicano Sergio Arau dirigió un largometraje titulado Un día sin mexicanos. Esta película la estelarizaba el desaparecido actor mexicano Eduardo Palomo. La cinta en cuestión era un drama de ficción, donde, por alguna circunstancia, nuestro vecino del norte se quedaba sin la aportación del trabajo que hacían y hacen los mexicanos que viven en el estado de California. La hipotética historia muestra de manera muy clara la aportación de nuestros hermanos migrantes a la economía de aquel país.
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Pero no sólo eso, también la aportación en otros órdenes como nuestra cultura. Hablar de una deportación masiva de migrantes tendría en los hechos, efectos muy perjudiciales para nuestra nación, pero no cabe duda que también los tendría para nuestro vecino del norte. El estado de California es tan rico en términos de su dinámica comercial que si fuera un país, sería la cuarta economía del planeta. Réstele usted a esta ecuación la participación de mano de obra de nuestros nacionales, y sin duda los resultados serían otros.
Entre las amenazas del próximo presidente de Estados Unidos está la de deportar miles de paisanos. En la lógica política de Trump se encuentra el discurso de que los migrantes vienen a quitarle empleos a los norteamericanos. La verdad es otra. Un porcentaje importante de estos empleos a los que se refiere el presidente electo de Estados Unidos son prácticamente desdeñados por los ciudadanos de ese país. Simplemente no los quieren. Las y los mexicanos, y los migrantes de otros países del continente, forman una fuerza laboral activa y confiable.
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Lastima el hecho de que pongan a los inmigrantes en condiciones tan extremas y vulnerables. Migrar no es un delito. En el momento en que escribo esto, miles de hombres y mujeres se encuentran caminando con su vida en una maleta, buscando una mejor vida. Los factores que detonan este fenómeno son muchos y diferentes: guerras, conflictos sociales, pobreza, intolerancia religiosa… ¡En fin!
Ojalá nuestras autoridades logren hacer entender al próximo gobierno de Estados Unidos la aportación de nuestros hermanos para su economía. No vaya a ser que en algún momento les toque… ¡Un día sin mexicanos!