El vacío político en Canadá: ¿Un nuevo capítulo para el T-MEC y las relaciones con México?

8 de Enero de 2025

Mónica Valdés
Mónica Valdés

El vacío político en Canadá: ¿Un nuevo capítulo para el T-MEC y las relaciones con México?

Monica-Valdes

La inesperada renuncia de Justin Trudeau como primer ministro de Canadá no solo marca el fin de una era política en el país norteamericano, sino que también abre interrogantes sobre el impacto de este cambio en la dinámica del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y en las relaciones trilaterales. Trudeau, un líder que durante años se posicionó como un símbolo de apertura, inclusión y progresismo, deja un legado complejo que incluye tensiones internas, críticas a su manejo de escándalos políticos y un entorno internacional desafiante.

La salida de Trudeau no ocurre en un vacío. Canadá enfrenta retos económicos importantes: la inflación sigue siendo un problema latente, la transición energética aún carece de un rumbo claro, y las tensiones comerciales con Estados Unidos no han desaparecido, especialmente en sectores sensibles como la industria automotriz y el lácteo. En este contexto, su renuncia genera incertidumbre no solo en su país, sino también entre sus principales socios comerciales, particularmente México.

¿Qué significa para México?

Para México, el cambio de liderazgo en Canadá podría representar tanto un riesgo como una oportunidad. El gobierno mexicano deberá estar atento al rumbo que tome Ottawa en temas clave dentro del T-MEC, como las reglas de origen en el sector automotriz y las controversias sobre políticas energéticas. Trudeau, a pesar de su postura progresista, adoptó una línea pragmática en las disputas comerciales, defendiendo con fuerza los intereses canadienses. ¿Seguirá esa línea su sucesor? O, por el contrario, ¿habrá un cambio de enfoque que favorezca una colaboración más estrecha con México?

Además, el liderazgo de Canadá dentro de la alianza trilateral ha sido discreto, en comparación con la influencia dominante de Estados Unidos. Sin embargo, su papel ha sido clave para mediar en conflictos y buscar equilibrios. La ausencia de Trudeau, un líder experimentado en estas negociaciones, podría alterar esa dinámica y dejar a México y Estados Unidos en una relación más directa, pero también más ríspida.

El reto de la transición política

El próximo líder canadiense no solo tendrá que lidiar con desafíos internos, sino que también deberá construir una nueva relación con sus socios comerciales. Para México, será crucial acercarse al nuevo liderazgo canadiense desde el principio, fortaleciendo una relación bilateral que ha sido tradicionalmente menos visible que la relación con Washington, pero igual de estratégica. Canadá es el tercer socio comercial de México y un importante aliado en cuestiones como migración laboral y políticas ambientales.

En este sentido, el gobierno mexicano tendrá que ser proactivo, no solo en el ámbito diplomático, sino también en el comercial. Consolidar una agenda común con Canadá podría equilibrar la balanza en la relación con Estados Unidos, especialmente en temas en los que Ottawa y México comparten intereses, como la transición energética y las políticas de sustentabilidad.

¿Una oportunidad para un nuevo capítulo?

Si bien la renuncia de Trudeau deja incertidumbre, también abre la puerta para un reacomodo político que podría beneficiar a México. Un liderazgo canadiense renovado podría estar más dispuesto a explorar nuevas áreas de colaboración y a abordar las tensiones comerciales desde una perspectiva diferente. Sin embargo, esto dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno mexicano para construir puentes sólidos y plantear una agenda clara.

En un momento de transformaciones políticas globales, la salida de Trudeau es un recordatorio de que las alianzas no pueden darse por sentadas. México, como socio clave dentro del T-MEC, tiene la oportunidad de jugar un papel estratégico en esta transición. Pero para ello, será necesario actuar con visión y liderazgo, dos cualidades que en política internacional son siempre indispensables.

El vacío político en Canadá es más que un cambio de nombre; es una llamada de atención para repensar las relaciones trilaterales en América del Norte. ¿Tendrá México la capacidad de aprovechar este momento para desafiar la hegemonía de Estados Unidos en la región?