Hoy, 20 de enero de 2025, Donald Trump asume nuevamente la presidencia de los Estados Unidos, consolidando un control sin precedentes sobre los factores reales de poder en el país. A diferencia de su primer mandato, Trump regresa con el apoyo no solo de una base política fortalecida y un Congreso alineado, sino también de los principales actores económicos del país. Las grandes empresas y los líderes empresariales, han cerrado filas en torno a su agenda, lo que le garantiza un respaldo sólido tanto en el ámbito político como en el económico.
Con un entorno corporativo que lo respalda plenamente y una Suprema Corte con mayoría conservadora, Trump inicia este nuevo periodo con una capacidad de acción más amplia que nunca. Su agenda prioriza el proteccionismo económico, el endurecimiento de las políticas migratorias y una estrategia de seguridad más agresiva. Entre sus primeras medidas se espera un incremento en los aranceles a las importaciones, la declaración de emergencia nacional en la frontera sur y restricciones significativas a las solicitudes de asilo. Estas políticas, diseñadas para reforzar su control interno, también reconfigurarán las relaciones internacionales de Estados Unidos, particularmente con México, cuya economía y sociedad están profundamente entrelazadas con nuestro vecino del norte.
Estados Unidos: La Hegemonía Indiscutible
Estados Unidos inicia esta nueva era bajo Trump reafirmando su posición como la principal potencia económica y militar del mundo. Según el Bureau of Economic Analysis (BEA), su Producto Interno Bruto (PIB) nominal alcanzó los $26.7 trillones de dólares en 2024, representando aproximadamente una cuarta parte del PIB global. Este dominio económico se refleja en sectores estratégicos como tecnología, manufactura y servicios financieros, que posicionan al país como un actor clave en todas las decisiones económicas globales.
Wall Street, el epicentro financiero de Estados Unidos, tiene un valor de mercado agregado superior a los $40 trillones de dólares, lo que equivale a más del 40% del mercado de valores global. Por otro lado, el presupuesto militar del país, con diferencia el más amplio del mundo, que excede los $877 mil millones de dólares, asegura su capacidad para proyectar poder en cualquier región del mundo. En el comercio, Estados Unidos se consolida como el principal consumidor y proveedor, con exportaciones cercanas a los $2.1 trillones de dólares e importaciones que superan los $3 trillones, una cifra que define las reglas del comercio internacional.
México y su Relación Estratégica con Estados Unidos
La relación entre México y Estados Unidos se encuentra en un momento de alta interdependencia. México se ha consolidado como el principal socio comercial de Estados Unidos, superando a Canadá y China, con un intercambio que en 2024 alcanzó los $850 mil millones de dólares. Este comercio no solo incluye bienes manufacturados, como automóviles y dispositivos electrónicos, sino también productos agrícolas y energéticos. Además, más de 38 millones de personas de origen mexicano residen en Estados Unidos, constituyendo la comunidad migrante más grande del país y una de las principales fuerzas laborales en sectores clave como la construcción, la agricultura y los servicios. Las remesas enviadas por los mexicanos en el extranjero alcanzaron un récord histórico en 2024, superando los $60 mil millones de dólares, lo que las convierte en una de las principales fuentes de ingreso para millones de familias en México.
Trump ha reiterado las prioridades de su administración, que giran en torno a tres ejes fundamentales: proteccionismo económico, control migratorio y seguridad nacional. Estas propuestas, que buscarán consolidar la hegemonía estadounidense en un mundo multipolar, tienen implicaciones directas para México y la relación bilateral.
Políticas Económicas: Aranceles y Nacionalismo Industrial
Trump ha anunciado su intención de fortalecer la economía estadounidense mediante un agresivo programa de proteccionismo comercial. Entre las medidas más destacadas se encuentran:
- Incremento de aranceles a productos importados, especialmente aquellos provenientes de China y otros países con los que Estados Unidos tiene déficits comerciales significativos. México, aunque protegido por el USMCA, podría enfrentar efectos indirectos, especialmente en sectores como el automotriz, electrónico y agrícola.
- Repatriación de manufactura mediante incentivos fiscales para empresas estadounidenses que trasladen su producción al país. Esto podría generar una competencia directa con la industria mexicana, que actualmente exporta bienes manufacturados por más de $400 mil millones de dólares al año a Estados Unidos.
- Renegociación del USMCA en aspectos clave como las reglas de origen y las condiciones laborales, buscando endurecer los términos para los socios comerciales, lo que podría presionar a México a realizar ajustes en su política económica.
Estas medidas refuerzan la estrategia de Trump de privilegiar la industria nacional y reducir la dependencia de productos extranjeros, pero también representan una oportunidad para que México consolide su posición como principal socio y proveedor ante el distanciamiento comercial entre Estados Unidos y China.
Políticas Migratorias: Endurecimiento en la Frontera
En materia migratoria, Trump ha prometido medidas más estrictas que marcarán un cambio significativo respecto a las políticas actuales:
- Declaración de emergencia nacional en la frontera sur, destinada a financiar la construcción de nuevas barreras físicas y tecnológicas para frenar el flujo de migrantes. Esto refuerza su promesa de campaña de asegurar las fronteras estadounidenses.
- Deportaciones masivas, enfocadas en inmigrantes indocumentados, con el objetivo de reducir drásticamente la población de migrantes sin documentos en Estados Unidos. Se espera que esta medida impacte directamente a México, cuyo sistema migratorio deberá adaptarse para recibir a miles de deportados.
- Restricciones al asilo político, limitando las solicitudes a los migrantes que hayan ingresado al país de manera irregular. Esto podría convertir a México en un país de tránsito y destino para miles de migrantes, ejerciendo una presión adicional sobre su sistema de refugio.
Trump también ha señalado que buscará implementar acuerdos bilaterales más estrictos con México para compartir la responsabilidad en el control de los flujos migratorios. Estas políticas plantean desafíos humanitarios y logísticos significativos para el gobierno mexicano.
Seguridad Nacional: Cooperación y Presión
En el ámbito de la seguridad, Trump ha dejado claro que su enfoque será más agresivo, con propuestas que podrían aumentar la presión sobre México:
- Mayor cooperación en el combate al narcotráfico, exigiendo resultados más tangibles por parte del gobierno mexicano. Esto incluye la posibilidad de involucrar fuerzas estadounidenses en operaciones conjuntas, algo que podría generar tensiones en términos de soberanía.
- Clasificación de cárteles como organizaciones terroristas, una medida que Trump ya había considerado durante su primer mandato. De implementarse, podría abrir la puerta a intervenciones más directas por parte de Estados Unidos en territorio mexicano.
- Refuerzo de la seguridad fronteriza, con mayores controles en los cruces para evitar el tráfico de drogas y armas, lo que también podría ralentizar el comercio legal entre ambos países.
Un Liderazgo Estratégico y Soberano
La estrategia que hasta ahora ha adoptado el gobierno mexicano bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, centrada en la defensa de la soberanía nacional y la independencia en la coordinación,
representa una sólida base para enfrentar los desafíos que plantea la administración de Trump. Con un discurso firme y acciones concretas, México ha reforzado sus consulados para proteger a los migrantes frente a posibles violaciones de derechos humanos y ha integrado un equipo de alto perfil, encabezado por Marcelo Ebrard, para negociar con Estados Unidos los términos del USMCA . Esta combinación de preparación técnica, diplomacia activa y defensa de los intereses nacionales deja ver la estrategia que seguirá México como un socio estratégico que, lejos de subordinarse, está dispuesto a trabajar en condiciones de igualdad y soberanía.