El nuevo contexto nacional y los desafíos para el INE

16 de Octubre de 2024

Sergio Uzeta
Sergio Uzeta
Comunicador y periodista con más de tres décadas de experiencia, destacando su paso por Noticias de Once TV y Radio Fórmula. Ha sido Director General de Notimex y Director fundador del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Fue Gerente Corporativo de Comunicación Social en Pemex y Director de Información en la Presidencia de la República. Reconocido con el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Pagés Llergo y el Micrófono de Oro, entre otros.

El nuevo contexto nacional y los desafíos para el INE

Sergio Uzeta - columnista

Guadalupe Taddei, la primera mujer en ocupar la presidencia del Instituto Nacional Electoral (INE), ha enfrentado, desde que asumió esa responsabilidad, uno de los mayores retos en su gestión: el nombramiento del nuevo Secretario o Secretaria Ejecutiva del INE. Este puesto clave, que ha sido ocupado por una encargada de despacho, ha representado un desafío no solo por su relevancia dentro del Instituto, sino también por la presión política que implica cada decisión al frente de este órgano electoral.

Las dificultades para concretar este nombramiento no son menores. El proceso ha sido prolongado debido a las divisiones internas dentro del Consejo General, que exige un consenso para la elección de quien encabezará la Secretaría Ejecutiva. Pero ese no es el único cargo pendiente: varias Direcciones Ejecutivas y Unidades del INE aún no cuentan con titulares, lo que obligó a Taddei a designar encargados de despacho para ocupar temporalmente estas posiciones estratégicas. Esta situación ha debilitado la estructura del INE en momentos clave, generando incertidumbre sobre su capacidad operativa de cara a desafíos venideros.

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A pesar de esta falta de nombramientos formales, Guadalupe Taddei salió avante del Proceso Electoral Federal 2023-2024, el más complejo en la historia reciente. Su liderazgo permitió que el INE sorteara las dificultades operativas y políticas que implicaba la organización de este proceso, demostrando su habilidad para avanzar, aún sin contar con una estructura de posiciones completa. Este éxito refuerza la necesidad de dotar al INE de una gobernanza estable que le permita continuar cumpliendo su mandato.

La reciente reforma a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE), aprobada por el Congreso mexicano, otorgó a Taddei nuevas atribuciones para designar directamente a los titulares de los cargos que permanecen vacantes, salvo la Secretaría Ejecutiva, que sigue dependiendo de una votación dentro del Consejo General.

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Aunque esta ampliación de facultades ha generado críticas en algunos sectores, que acusan una concentración excesiva de poder en la figura de la Presidenta, es importante señalar que estas nuevas atribuciones son necesarias para garantizar la gobernanza del INE en un contexto de creciente exigencia.

Con las nuevas tareas, como la organización del proceso electoral extraordinario para elegir los principales cargos del Poder Judicial de la Federación (PJF), el INE debe estar más fortalecido que nunca. Y para poder hacerlo, Guadalupe Taddei necesita contar con un equipo directivo sólido, capaz y confiable, que le ayude a gestionar este proceso de manera eficiente y transparente.

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Las críticas sobre el supuesto poder excesivo que se le otorga a Taddei ignoran la urgencia y magnitud de los desafíos que enfrenta el INE. El Instituto no puede permitirse titubeos o vacíos de liderazgo en estos momentos. La estabilidad interna es clave para que el organismo electoral pueda cumplir con su misión de organizar elecciones limpias y equitativas, y la posibilidad de que Taddei tenga un mayor control en la designación de estos cargos clave puede entenderse no como un exceso, sino como una medida necesaria ante el panorama actual.

El resto de los integrantes del Consejo General del INE deberían estar conscientes de que el éxito en la elección de los cargos judiciales no solo marcará un antes y un después en la historia democrática del país, sino que también definirá el futuro del INE como un órgano autónomo. Por ello, deben actuar con la responsabilidad que exige el momento, apoyando las decisiones que fortalezcan al Instituto, permitiendo que cuente con el equipo necesario para seguir siendo el garante de la democracia en México.