Es de una vileza humana utilizar el caso de dos menores de edad, ya juzgado, en Zimapán, Hidalgo, para pretender engañar a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
El trabajo de un reportero es confirmar y volver a confirmar una información cuando hace una investigación, para poner en evidencia algún caso de corrupción y abuso de parte de las autoridades.
Lo cual no ocurrió con una supuesta periodista que el pasado jueves, durante la conferencia de prensa del pueblo, acusó, sin pruebas de por medio, a la Iglesia Cristiana El Buen Samaritano, en Zimapán, Hidalgo, de que lleva a menores de edad a retiros espirituales para abusar de ellos. Situación que carece de total sustento.
Dicha reportera ni tuvo la mínima atención de confirmar sus afirmaciones con nadie y sin argumento válido, expuso la mentira en cadena nacional a la Jefa del Ejecutivo Federal, quien bien hizo no engancharse en un asunto tan turbio.
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La Iglesia en mención ya emitió un comunicado oficial para desmentir cada uno de los infundios, y ahora, junto con varios pastores cristianos de Hidalgo, se están organizando para tomar las calles del estado y del Zócalo de la Ciudad de México para exigir una disculpa pública por sus mentiras.
Sin embargo, le daré a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y su equipo de asesores políticos y de comunicación social un contexto del origen de esta campaña mediática fallida, que desde un principio es ruin y carente de todos los cánones del periodismo.
Este reportero conversó con varios funcionarios de primer nivel del Gobierno federal, quienes tienen identificados a los dirigentes del “Sindicato del Cemento” y un grupo político hidalguense como los artífices de estas acusaciones dolosas y de mala fe, pero en especial, porque son los que están proveyendo de recursos económicos para impulsar este tema, tan despreciable, como ocurrió al tener eco en Palacio Nacional.
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¿Pero quién es el Sindicato del Cemento? Es una agrupación sindical que en noviembre pasado intentaron, a través de la presión, bloqueos y con la presencia de hombres armados, obtener todas las licitaciones para el traslado de materiales de mineras que se producen en Zimapán.
Situación que fue impedida por los propios trabajadores de diferentes minas del municipio, quienes se manifestaron exigiendo la intervención de las autoridades para impedir que este sindicato se instalara en Hidalgo, ya que dicho gremio los intimida y extorsiona por medio de hombres armados.
Entonces lo que hicieron es revivir un caso, ya juzgado, por las autoridades ministeriales y judiciales sobre el presunto abuso de dos menores y volver a poner en el ojo del huracán, a quienes los hicieron entonces responsables de estos hechos y que fueron dejados en libertad ante la falta de pruebas, y en especial por tratarse de una calumnia.
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Incluso, la propia diputada local de Morena, Anhely Medina, a quien también involucraron en esta farsa, también salió a deslindarse de estos infundios y no solo eso, tacho a los responsables de esta campaña, sin éxito, de sobrepasar los límites de la vileza humana.
“Estos señalamientos, claramente motivados por intereses políticos y económicos, han llevado esta infamia a un nivel aún más alarmante: el uso y revictimización de dos menores para sostener una narrativa basada en mentiras. No hay justificación alguna para utilizar a menores en una guerra de intereses”, escribió la legisladora morenista en una carta pública.
El tema de las niñas ya fue un hecho juzgado, e incluso, ahora se encuentra en tribunales federales, pero es de verdad vergonzoso utilizarlo para atacar a adversarios políticos, sabiendo en todo momento, que existe dinero de por medio.
Lo bueno de todo esto es que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no cayó en una trampa política.
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En Cortito: Nos cuentan que a la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, el estado se le convulsiona. No hay día en que el crimen organizado no haga de las suyas ante la fallida estrategia en la materia implementada por las autoridades estatales.
La delincuencia organizada recibió al recién nombrado Fiscal General de Justicia del Estado, Édgar Maldonado Ceballos, con la ejecución de dos agentes de la Policía de Investigación en el municipio de Cuautla. No sólo eso, también un grupo criminal asaltó a 40 personas que estaban cenando en el conocido restaurante “El Ritual”, ubicado en el mágico municipio de Tepoztlán, uno de los principales polos turísticos del estado.
Y ni que decir del secretario de Seguridad, Miguel Ángel Urrutia Lozano, quien no ha logrado revertir la inseguridad en la zona de Cuautla, donde el cobro de piso sigue a todo lo que da y las balaceras se han convertido en el pan de cada día.
La falta de resultados y eficiencia del gobierno de González Saravia ya está provocando irritación social entre los morelenses, quienes ya están cansados de las ocurrencias de la gobernadora y de su deficiente gabinete de seguridad y equipo que a más de 45 días de asumir la gubernatura de Morelos, no cuentan con un proyecto claro y con rumbo en beneficio de sus habitantes.