La psiquiatra estadunidense Atasha Jordan es fundadora de la Iniciativa Cristiana de Salud Mental (CMHI, por sus siglas en inglés). Comenzó un trabajo conjunto entre profesionales de la salud mental e iglesias en EU con el apoyo de la Asociación Estadunidense de Psiquiatría y la Administración de Servicios de Salud Metal y Abuso de Sustancias para atender principalmente a ministros de culto y feligreses.
Combina en este esfuerzo la fe y la ciencia para atender padecimientos mentales dentro de las comunidades de fe y les otorga capacitación gratuita para que los líderes y representantes religiosos puedan otorgar los primeros auxilios a quienes padecen enfermedades como ansiedad, bipolaridad, adicciones, esquizofrenia, trastornos de personalidad, psicosis, depresión, entre otras.
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El mes pasado, en una iglesia evangélica de Filadelfia, logró reunir a psiquiatras, pastores, estudiantes de medicina, psicólogos y médicos de diferentes disciplinas para crear una conciencia cristiana para mejorar la atención de pastores y congregantes que necesitan apoyo psiquiátrico y psicológico, sin olvidar el lado espiritual de los pacientes.
Los trastornos y padecimientos mentales han sido un tabú dentro de las iglesias, hasta la aparición de ciencias que estudian el cerebro y el comportamiento humano. Se pensaba hace algunas décadas que aquellas personas que sufrían de ansiedad, bipolaridad, o que tenían intentos suicidas, estaban poseídos por fuerzas espirituales malignas, inlcuso hoy en día, hay sacerdotes y pastores que utilizan rituales exorcistas para quienes buscan ayuda en los templos.
El crecimiento de enfermedades mentales al interior de las iglesias en EU y en México ha sido exponencial después de la pandemia de COVID. Pastores y sacerdotes han debido refugiarse en centros de atención especializada pues no supieron combinar el binomio entre la fe y la ciencia. Al ver que sus ejercicios espirituales no surtían el efecto sanador que esperaban decidieron ir en busca de los profesionales.
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A principios del 2021, el gobierno mexicano supuso que los más de 80 mil ministros de culto registrados (hoy existen 105 mil) apoyarían -desde su trinchera- el trabajo que realiza el sector salud luego del disparo que se dio en el consumo de drogas, alcohol y tabaco durante la contingencia, así que organizó desde el Sector Salud un curso virtual para Asociaciones Religiosas denominado “Acompañamiento Emocional en Contextos de Emergencia Humanitaria”, con el que pretendía que los representantes de las distintas religiones se capacitaran y pudieran brindar ayuda más especializada a los congregantes y público en general. La frustración gubernamental fue grande: sólo se inscribieron 254 personas, en su mayoría mujeres.
En EU las iniciativas ciudadanas de los laicos, como la de la doctora Atasha Jordan para ayudar desde los parámetros de la ciencia y la religión tienen una repercusión importante e incluso destinan recursos económicos para tal caso. En México estamos lejos de ello.
PALABRA DE HONOR: La Arquidiócesis de San Luis Potosí ya se dio cuenta de que el sistema de salud -al menos en esa entidad- no está a la altura de Dinamarca. Y muestra de ello, dijo, son las manifestaciones de enfermos que se quejan por la falta de medicamentos. Ni modo…