Diplomacia mexicana: El horno no está para bollos

17 de Diciembre de 2024

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Diplomacia mexicana: El horno no está para bollos

Omar Hurtado Ok

La presidenta Claudia Sheinbaum recientemente declaró que por el momento continuarán en sus cargos los embajadores nombrados por la administración presidencial anterior, en tanto se hace una evaluación. Sólo ratificó al actual embajador en Washington, Esteban Moctezuma.

La nueva presidenta ha recibido una política exterior sin estrategias, reactiva, cargada de confrontaciones diplomáticas, de cómicas y bufas “pausas”, y contradictorias posturas sobre los principios de no intervención y autodeterminación, así como de derechos humanos, en un ámbito de aislamiento y pérdida de imagen y presencia internacional de México.

Lo anterior motivado por un visible desinterés y desconocimiento de la política exterior del presidente y una cancillería indiferente. A la política exterior no se le otorgó el lugar que le corresponde, en función de una visión prejuiciosa, ideologizada y torpe, que ha generado desconfianza internacional, salvo en los amigos y hermanos carnales como Colombia, Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuya preocupación mexicana giró particularmente en el bienestar de los líderes autocráticos de esos países y no en beneficio de una política exterior bilateral de Estado, con embajadas mexicanas como instrumentos de complicidades y traición al interés nacional.

TE PUEDE INTERESAR: Esperando a Godot

En este escenario se marginó la experiencia del Servicio Exterior Mexicano (SEM) de carrera, por un alto número de nombramientos políticos en las representaciones mexicanas en el exterior y en la propia cancillería como retribución política y amistosa. Si bien en el pasado ha habido nombramientos políticos de figuras ajenas al SEM que hicieron valiosas aportaciones, esa no fue la tónica del sexenio pasado, donde importaban más los efectos de charlatanería de una política exterior de masas hacia lo interno y proporcionar “chamba” a los incondicionales.

Se hizo uso indiscriminado de las embajadas, consulados y representaciones multilaterales importantes y muy socorridas para los amigos y aliados. Según datos de la SRE, al 30 de septiembre de 2024, las Embajadas en Canadá y Estados Unidos continuaban ocupadas por nombramientos políticos; en América del Sur, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Venezuela; en Centroamérica, Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá; y en el Caribe, Cuba, Haití y República Dominicana.

Particularmente los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela han recibido un inusitado respaldo del gobierno mexicano, a pesar de su carácter antidemocrático y violento hacia los derechos humanos que sólo favorece sus permanencias, después de tantos años en el poder.

SIGUE LEYENDO: Desafíos y cuestiones consulares

En Europa permanecen los nombramientos políticos, a la fecha mencionada, en Alemania, Bélgica, España, Federación de Rusia, Francia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Santa Sede y Turquía; en Asia-Pacífico, Corea, China y Japón; y en organismos internacionales en la UNESCO, OCDE y AONU. Hasta hace poco la ONU fue ocupada por el actual canciller.

Destacan casos insólitos y privilegiados como en la embajada en Países Bajos, cuya titular Carmen Moreno, jubilada del servicio exterior a los 65 años en 2003, con prestaciones de ley, aún continúa en funciones y asida al cargo, en detrimento de diplomáticos de carrera que esperan una oportunidad.

En los Consulados Generales destacan Austin, Denver, Houston, Nueva York (hasta hace poco a cargo de Jorge Islas, señalado por mal trato al personal y quien iba a un puesto en la SRE), Sacramento, San Antonio y San Paulo. En los consulados de carrera a la fecha señalada permanecían once nombramientos políticos como titulares.

TE PUEDE INTERESAR: La diplomacia en una taza de café

El reto del canciller de la Fuente, además de reorientar la política exterior, será refrescar y profesionalizar todos aquellos escollos de las representaciones mexicanas que han respondido a obstinados intereses personales del presidente anterior, que no benefician al país. Es necesario retomar el carácter ético de la política exterior y la diplomacia. ¿Podrá con el paquete?