La Necesidad de Defender Nuestras Instituciones Políticas

19 de Noviembre de 2024

Rebeca Winkelstein
Bachiller en Ciencias Sociales con mención en Antropología por la Pontificia Universidad Católica del Perú, columnista internacional de medios digitales orientados al análisis político y social con un enfoque liberal como La Revista Avance de la Fundación Para el Avance de la Libertad y El Bastión, y Office Manager de la Fundación Friedrich Naumann Paises Andinos.

La Necesidad de Defender Nuestras Instituciones Políticas

Fundación Friedrich Naumann

Imaginemos la democracia como una casa que necesita cimientos, paredes y un techo para mantenerse en pie y proteger a quienes viven en ella. Este papel lo cumplen las instituciones políticas, pues sin ellas la democracia se debilitaría, dejando a los ciudadanos vulnerables al abuso de poder. Pero, ¿qué son realmente estas instituciones?

Las instituciones políticas son mucho más que estructuras físicas o trámites burocráticos. Constituyen un sistema de normas, organizaciones y procesos que determinan el ejercicio del poder y sus límites en una sociedad. Desde el sistema electoral hasta los tribunales y el parlamento, estas instituciones son árbitros que aseguran que el juego democrático se desarrolle de forma justa y transparente.

Lo más importante es que estas instituciones previenen el abuso del poder, funcionando como un sistema de frenos y contrapesos que limita la concentración de poder en una sola persona o grupo. Esto es como contar con vigilantes que garantizan que nadie traspase los límites, protegiendo así los derechos de todos los ciudadanos.

Sin embargo, en América Latina, estas instituciones enfrentan crecientes desafíos. En varios países, los gobiernos han intentado socavar su independencia mediante intervenciones en el poder judicial, manipulación de procesos electorales y discursos que desacreditan los mecanismos tradicionales de representación.

Un claro ejemplo es Venezuela, donde el gobierno de Nicolás Maduro ha intervenido el Tribunal Supremo de Justicia, transformándolo en un instrumento político para validar decisiones del ejecutivo. Esto ha eliminado, en la práctica, la separación de poderes y el sistema de “controles y contrapesos”. Daniel Ortega en Nicaragua también ha implementado estrategias como la inhabilitación de candidatos opositores y el control de organismos electorales, restringiendo la participación democrática y consolidando lo que muchos denominan una “dictadura electoral”.

Otro método de deterioro institucional consiste en la desacreditación sistemática de las instituciones representativas. Algunos líderes promueven discursos que presentan a los organismos tradicionales como obsoletos o corruptos, situándose a sí mismos como la única alternativa válida. Este discurso debilita la credibilidad de los congresos y de los mecanismos de representación ciudadana, concentrando el poder en figuras individuales en lugar de en instituciones. Brasil, durante el gobierno de Jair Bolsonaro, y El Salvador, bajo Nayib Bukele, son ejemplos de esta tendencia, donde se presentan soluciones autoritarias para la supuesta ineficacia del sistema democrático.

Sin embargo, el respeto por las instituciones políticas no depende únicamente de los políticos; cada ciudadano desempeña un papel esencial. Al respetar los resultados electorales, exigir transparencia y participar activamente en los mecanismos democráticos, estamos fortaleciendo estos pilares. La democracia es un proceso continuo que requiere nuestro compromiso, y las instituciones solo funcionan si les otorgamos vida y significado a través de nuestra participación.

Por tanto, la próxima vez que oigas hablar de “instituciones políticas”, recuerda que son el sistema inmunológico de nuestra sociedad. Protegen nuestra libertad, nuestros derechos y nuestra capacidad de decidir nuestro propio futuro. Defender estas instituciones no es tarea de unos pocos, sino un compromiso colectivo. La democracia no es un regalo que recibimos, sino un tesoro que construimos y protegemos día a día.

Espacio de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad