No hay buenas noticias para la libertad de expresión en las Américas. Se presentó hace poco la quinta edición del Índice Chapultepec que analiza la situación de la libertad de expresión y prensa en 22 naciones del hemisferio y los resultados son preocupantes. Según este, el promedio global de la región se colocó por segunda vez consecutiva por debajo de los 50 puntos registrando una puntuación de 48,18 respecto de un máximo de 100 puntos. Por ello, este reporte de la Sociedad Interamericana de Prensa concluye que en la región esta libertad se encuentra en restricción de manera generalizada.
Un dato alarmante es que la mayoría de los países de la región no cuenta con valoraciones positivas en torno a las actuaciones institucionales para resguardar el periodismo crítico y la labor de los medios. Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú se situaron en “alta restricción” en esta dimensión, mientras que México, Venezuela y Nicaragua, se ubicaron dentro de las naciones “sin libertad de expresión”. Otro hallazgo grave es que ningún país tiene libertad de expresión plena, ya que a diferencia de las tres ediciones anteriores hoy ninguno se ubicó en la franja “con libertad de expresión”.
Chile es el que lidera el índice y comparte con siete países más la franja de “baja restricción” entre los que están por ejemplo República Dominicana, Canadá, Estados Unidos y Brasil. De este último cabe destacar el ascenso de ocho posiciones; y en cuanto a las caídas, Colombia y Perú levantan las alertas.
Aunque Colombia se mantiene en la franja “en restricción”, cayó cinco posiciones, y el Perú descendió cuatro posiciones, ingresando por primera vez en la categoría de “alta restricción” y cayendo del puesto doce al dieciséis, ubicándose en el grupo de los siete países peor evaluados. Cuba, Venezuela y Nicaragua repiten su posición en la categoría roja, es decir, en la franja de países “sin libertad de expresión”.
Esta regresión de la cual alerta el índice coincide con un reporte global, el Informe Anual sobre la Democracia 2024 del Instituto Variedades de la Democracia (V-Dem), que da cuenta que “al comparar los componentes de la democracia, con datos de hace diez años, casi todos los componentes de la democracia están empeorando en más países de los que están mejorando”, y que la libertad de expresión sigue siendo el componente más afectado, pues empeoró en 35 países en el 2023 frente al 2003 en el cual sólo 10 países la limitaban.
La libertad de expresión y de prensa es uno de los pilares de la democracia, y uno de los primeros que los gobiernos autoritarios atacan. Que los gobiernos restrinjan la libertad de prensa significa que vulneran el derecho de los ciudadanos a informarse y expresarse, y esto crea un entorno autoritario de represión y de secretismo propio de las autocracias. Cuando se amenaza esta libertad y se va menoscabando es un claro indicativo del declive democrático de esos países.
Esta restricción de manera generalizada reportada por el Índice Chapultepec es una señal de alerta del riesgo que cierne sobre las democracias americanas, y si no se toman acciones concretas para revertirlo o neutralizarlo el tránsito a la categoría roja será inevitable para muchos países del hemisferio. Por ello, es una obligación moral que las organizaciones de la sociedad civil que trabajan por la libertad y la democracia tomen medidas inmediatas.
Espacio de la Fundación Friedrich Naumann para la libertad.
