Varios reportes coinciden en que globalmente experimentamos un decrecimiento democrático según el cual la legitimidad y la confianza en la democracia se debilita en buena parte del mundo. Por ejemplo, conforme al Índice de Democracia 2023 de The Economist la puntuación del promedio global cayó a 5.23, el punto más bajo desde que el índice comenzó en el 2006, y se subraya que esos resultados están en consonancia con una tendencia general de regresión y estancamiento en los últimos años. De esta forma, América Latina y el Caribe aparece como una de las regiones con mayor retroceso disminuyendo por ocho años consecutivos.
En el mismo sentido, el Barómetro de las Américas del 2023 reporta que el apoyo público a la democracia es menor en la región que hace dos décadas, y que las tendencias democráticas cayeron hace una década y que todavía no se han recuperado. Para el Latinobarómetro 2023 la democracia en varios países se encuentra en estado crítico, y el apoyo a esta ha pasado de 63% a solo el 48% en la región mostrando una disminución sistemática de 15 puntos porcentuales desde 2010, una tendencia a la baja similar a la señalada en los otros índices.
Como hay este declive global y regional se retrocede también en las libertades de minorías como las personas LGBTI, así el informe “Retroceso Democrático y aceptación LGBTI” del Instituto Williams de la Facultad de Derecho de la UCLA hace hincapié en que el retroceso democrático en el mundo ha venido acompañado de un aumento en la retórica estatal sancionadora y la formulación de políticas estatales dirigidas directamente contra personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI). Esta retórica derogatoria y deshumanizante puede verse también en el debate público en redes sociales y en campañas políticas de movimientos antiderechos que atacan a las personas LGBTI como parte de su estrategia para alinearse con una base conservadora de votantes.
Por consiguiente, retroceder en la garantía y protección de libertades y derechos forma parte de la regresión democrática. De esta manera, los ataques a las personas LGBTI así como la falta de reconocimiento y protección de sus derechos pueden verse como un precursor del retroceso democrático porque como señala el reporte mencionado hay una asociación sólida entre el nivel de democracia y la aceptación de las personas de este grupo, según la cual los países con niveles más altos de aceptación de personas LGBTI tienden a tener altos niveles de democracia liberal y también tienden a tener mayor PIB per cápita.
Por ello, detener y revertir el decrecimiento democrático es una tarea urgente para quienes trabajan por defender la libertad de todos por igual. Organizaciones como la Fundación Friedrich Naumann han abordado como tema anual Defender la democracia y dentro de este apoyan visiblemente los derechos LGBTIQ+ lo cual es esencial en la perspectiva liberal sobre todo en épocas donde han aparecido movimientos que se apropian de la palabra “libertad” y se identifican como “liberales” pero que están enfrascados solo en la defensa de las libertades económicas minimizando e incluso atacando y bloqueando los derechos de las personas LGBTI.
Ante esto, la posición de la Fundación Naumann en la región ha permanecido firme y valiente en apoyar la defensa de la democracia y junto a ella las libertades individuales pues tiene claro que defender la libertad significa también defender los derechos LGBTI.
Espacio de la Fundación Friedrich Naumann para la libertad