CNTE

25 de Marzo de 2025

Alejandro Envila Fisher
Alejandro Envila Fisher
Director editorial de ejecentral, periodista, abogado y profesor en la UNAM. Ha dirigido la revista CAMBIO, Radio Capital, The News, Estadio, Rumbo de México y Capital, además de fundar el canal Greentv. Comentarista en medios, columnista político y autor de los libros Cien nombres de la Transición Mexicana, Chimalhuacán, el Imperio de La Loba, Chimalhuacán, Ciudad Perdida a Municipio Modelo y Huitzilan de Serdán, la derrota de los caciques.

CNTE

Alejandro Envila

Lo hecho el jueves de la semana pasada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en la Ciudad de México es mucho más que una protesta social. Se trató de un reto abierto a la Presidenta de la República, con la intención no solo de medir, sino de doblegar y someter a Claudia Sheinbaum por el resto de su sexenio.

Bloquear durante seis horas el aeropuerto capitalino y aplicar cierres intermitentes en entradas y salidas carreteras de la ciudad provocó justo lo que los profesionales de la protesta buscaban: desquiciar la capital del país, poner de cabeza a sus habitantes y visitantes, alterar las dinámicas particulares, laborales, recreativas y de negocios de los ciudadanos y, en general, revivir esa malsana percepción de que el gobierno está rebasado por los problemas de la realidad cotidiana. Hoy la CNTE, pero antes otros grupos que se especializaron en lucrar con la protesta, como el Movimiento de los 400 Pueblos de César del Ángel, han utilizado la estrategia del chantaje y la provocación, en busca de la represión violenta, para debilitar y arrinconar a la autoridad con el único objetivo de obtener más y nuevas prebendas.

La protesta del jueves ni siquiera tenía razón de ser. El motivo de la inconformidad, el proyecto de reforma a la Ley del ISSSTE de la presidenta Sheinbaum, ya había sido retirado en una muestra —quizá demasiado temprana— de apertura y ánimo de conciliación, dirigida a toda la burocracia federal, no solo a la disidencia violenta del sindicato magisterial. Así, a pesar de que no había ningún aumento en las cuotas al ISSSTE contra el cual protestar, la CNTE decidió que haber logrado abortar el proyecto no era suficiente, que había llegado el momento de ir por más y que, para ello, era conveniente demostrarle a la presidenta hasta dónde son capaces de llegar como organización.

El punto de quiebre con la CNTE se da temprano en el sexenio, un poco antes de que Sheinbaum cumpla su primer semestre en el poder. En la política, como en la vida, siempre se puede confiar en los actores y en los interlocutores porque nunca cambian. La disidencia magisterial, su aliada electoral en 2024, ya hizo su movimiento y le demostró a la presidenta la clase de socio que es y que seguirá siendo, como en su momento se lo hizo ver a López Obrador.

El turno ahora es de la titular del Poder Ejecutivo, que hoy tiene un nivel de popularidad superior al que tuvo López Obrador, que cuenta con el reconocimiento generalizado por haber sabido lidiar con la versión más belicosa y agresiva de Donald Trump, y que tiene, además de la mayoría en las cámaras legislativas, toda la fuerza del Gobierno federal detrás de ella. Pero además, cuando decida ponerle un alto definitivo a la CNTE, tendrá el respaldo de toda la parte de la sociedad que no votó por ella y no comulga con el lopezobradorismo.

De la decisión que la presidenta tome frente a este grupo dependerá una buena parte del futuro de su administración. Pudieron ser sus aliados electorales en 2024, pero, como lo hicieron con su antecesor, después de las urnas se han comportado como una banda de extorsionadores que pretenden chantajear a su gobierno para seguir viviendo a expensas del Estado mexicano, como lo han hecho desde los tiempos en que Manuel Camacho Solís les dio vida. Ahora son, además de un lastre, un motivo más de preocupación, porque se comportan como un enemigo y contribuyen, igual que el crimen organizado, a proyectar la imagen de un gobierno rebasado, algo que Sheinbaum no se puede permitir.

López Obrador no fue tras ellos, así como no persiguió a las mafias. El tiempo de los abrazos y no balazos acabó para los cárteles; habrá que esperar para saber si también terminó para esta otra mafia llamada CNTE.