Poco a poco, Trump comenzará a darse cuenta de la cantidad de errores que está cometiendo. No solo está afectando a millones de personas en todo el mundo, sino también a su propio país, tanto a las empresas como a la sociedad civil, incluyendo a las universidades, que están siendo blanco de una inusitada agresión, ante la cual, afortunadamente, ya están respondiendo al felón.
Destaca lo que está ocurriendo con las comúnmente llamadas “Magníficas Siete”, en referencia a las empresas Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y la famosísima Tesla del otro felón, Musk. Hasta el 23 de abril, sus acciones habían caído en conjunto un 27%, destacándose Tesla, cuyo valor de mercado se redujo a la mitad.
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Los inversionistas temen que con la guerra comercial desatada contra el gran enemigo, la República Popular de China, el resultado final sea peor de lo esperado. Un ejemplo es el índice de semiconductores, que engloba a las empresas fabricantes de estos componentes y que ha caído un 30%. Ya no se preguntan cómo estará el mundo en el año 2030, sino en el siguiente mes. La broma entre analistas es que han pasado de las “Magníficas Siete” a las “Maléficas Siete”.
Pero donde Trump realmente se está dando un tiro en el pie es en su guerra contra las universidades. Solo bastaría con que leyera los rankings publicados este mes por la prestigiosa revista científica Nature en materia de investigación científica.
Es la mejor demostración de que, una vez más y sin grandilocuencias, los chinos han rebasado al mundo en este ámbito en apenas una década. En un excelente artículo publicado en la revista digital Sin Permiso, el investigador paquistaní Imran Khalid muestra este poderío chino, respaldado por los datos de Nature.
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El dato más impactante es que hoy, de las 10 principales instituciones de investigación en el mundo, nueve son chinas. Solo permanece la Universidad de Harvard y si la tendencia continúa, el próximo año las 10 serán chinas.
Por países, en el conjunto de todas las instituciones analizadas con datos para 2024, China ocupa el primer lugar, con un crecimiento del 13% respecto a 2023. Estados Unidos está en segundo lugar, con un decrecimiento del 7%.
En términos generales, todas las universidades chinas presentan crecimiento, mientras que las estadounidenses muestran una tendencia a la baja. En el caso de nuestro país, estamos en el lugar 34, con un decrecimiento del 3.5% respecto al año anterior.
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Ese liderazgo se debe a varios factores relacionados con la geopolítica mundial. Como siempre, los chinos -con milenios de experiencia en estos temas- están rebasando a todos gracias a directrices claras, únicas y, sobre todo, cumplibles. Han definido claramente en qué áreas quieren ser líderes. Además de producir las bolsas de lujo que comercializan con marcas europeas, sus objetivos incluyen la inteligencia artificial, la ciencia de materiales y la exploración espacial.
Para lograrlo, el año pasado destinaron aproximadamente 500 mil millones de dólares a investigación y desarrollo, con un crecimiento del 8.3% respecto a 2023. El investigador paquistaní también menciona el éxito del “Programa de los Mil Talentos”, que ha logrado incorporar a miles de investigadores, no solo de China, sino de todo el mundo. Es decir, se ha detenido la fuga de talentos.
Hoy la gran duda es si será posible que Estados Unidos o incluso Europa -que tampoco avanza-, logren alcanzar a China, o si el futuro de la ciencia y la tecnología se desplazará definitivamente hacia Asia, comandada por los chinos y también por los indios, que ya se encuentran entre los 10 países mejor clasificados.
Lo que queda claro es que para estos temas no puede haber bandazos ni ocurrencias sexenales, sino planes a largo plazo, bien financiados y enfocados en áreas donde existan ventajas comparativas. Ese es el gran reto de hoy.