En inglés, el término hobby-horse se refiere, entre otras cosas muy obvias, a una obsesión, manía, o un argumento que se enarbola todo el tiempo para zanjar discusiones.
En el caso de los políticos, dicho término se aplica a las promesas que hacen en campaña o a las referencias a sus temas de “cajón” en debates o enfrentamientos verbales con sus rivales.
Así, uno de los hobby-horses de Donald Trump es su añeja insistencia y promesa de que va a deportar a millones de inmigrantes indocumentados, a quienes él y su entorno se refieren como “criminales”.
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En su tercera campaña por la presidencia de Estados Unidos, que culminó con su triunfo, y ya como presidente electo, Trump ha insistido en que su misión para que Estados Unidos “vuelva a ser grande” es “acabar de una vez por todas” con el supuesto flagelo que para él y sus adláteres representan los migrantes indocumentados.
Y es que de criminales no los bajan.
Una pequeña muestra de ello es lo que declaró esta semana Dawn Buckingham, quien encabeza la Comisión de Tierras de Texas en una entrevista a Fox News.
“Estamos completamente listos para apoyar los planes de deportaciones masivas y permitir que se construyan instalaciones para el procesamiento, detención y coordinación de la más grande deportación de criminales en la historia de la nación”.
Ojo: la funcionaria no se refiere a que su estado vaya a cooperar con la deportación de criminales, es decir, personas que hayan cometido algún delito. Lo que ella dice proviene de la ley que aprobó Texas en el sentido de que cualquiera que se encuentre sin autorización en el estado es, sin más, un criminal.
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La retórica de Buckingham va en línea con lo que han prometido Trump y Texas, o más bien su gobernador Greg Abbott y sus funcionarios, que se ven como líderes de esta gesta.
Todo el año pasado dieron muestra de ello, sobre todo con una ley conocida como SB4, que permite a los policías del estado arrestar a quien cruce ilícitamente la frontera. El caso detonó litigios entre las cortes estatales y federales, pero al fin de cuentas la ley se promulgó y se comenzó a aplicar.
Con el triunfo de Trump, a quien apoyó ciegamente, Abbott está recargado, y tras las escandalosas boyas que mandó a poner en el río Bravo (en donde se reportaron migrantes ahogados al quedar atrapados), ahora ofreció cientos de hectáreas para que Trump construya sus centros de detención.
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Ironías migrantes
Una ironía, muy triste, por cierto, es que mientras Trump y sus adláteres hablan de una invasión propiciada por la administración de Joe Biden, en realidad los cruces de migrantes por la frontera han disminuido luego de varios años de marcar récord.
Al cierre del año fiscal 2024 (reportado en septiembre), la oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) reportó 2.1 millones de encuentros en los puertos de entrada a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos. Esto representa una disminución de 14% respecto del año previo, dice en un análisis de esos datos el Migration Policy Institute (MPI), un centro de estudios sin fines partidistas.
El MPI refiere además que septiembre de 2024 vio la menor cantidad de encuentros en la actual administración: 54 mil, contra el récord histórico de diciembre de 2023, con 250 mil.
Un encuentro es en sí una detención que realizan las autoridades estadounidenses de personas que se cruzan ilegalmente la frontera.
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Otra ironía es que, a fin de cuentas, la administración Biden terminará con una cifra de deportaciones similar a la de Trump en su primer periodo presidencial.
El mismo MPI refiere que al cierre del año fiscal y contando toda la gestión de Biden, Estados Unidos habrá deportado a casi cinco millones de personas. La organización indica que Biden se disputa palmo a palmo un lugar entre los 3 mayores deportadores, junto con George W. Bush y Barack Obama. Trump entraría también en ese nivel y, por lo visto, los quiere superar ya que él habla de expulsar a 11 millones de “criminales”.
Así es la retórica trumpiana, apoyada por el fan número 2 del presidente entrante: Abbott. El fan número uno, Elon Musk, también tiene enormes intereses en Texas y… en México, como hemos indicado en este espacio semanas atrás.
Habrá que ver cómo estos poderosos arremeten contra millones que aportan billones, literalmente, a la mayor economía del mundo. Y habrá que ver también que defensa se enarbola desde acá, aunque los antecedentes son más bien ominosos, dado lo que mostró AMLO y la tibieza en este tema de la actual presidenta.