La titular del Ejecutivo mexicano, la doctora Claudia Sheinbaum, envió al Senado de la República, como cámara de origen, una iniciativa que tiene por objetivo el fortalecimiento de aquella bandera revolucionaria que rezaba así: “Sufragio efectivo. No reelección”.
Diríamos que, con algunas modificaciones en el terreno legislativo y en la esfera de los municipios, este precepto constitucional se ha mantenido vigente hasta nuestros días, en lo tocante a la Presidencia de la República y las gubernaturas.
›¡Qué importante es la ratificación que hace la presidenta de México! Reafirma con esta acción su convicción democrática. Entiendo que esta iniciativa no guste a muchas familias dedicadas a la política; ¿qué le vamos a hacer? Pero permítanme abrir la lente y el libro de la historia, hoy que se habla de nueva cuenta de estos temas. Me referiré a las circunstancias que muchos países viven, con la realidad de tener a líderes políticos que se asumen a sí mismos y a sus pueblos como necesarios e insustituibles.
PUEDES LEER: Dime cuándo, cuándo, cuándo…
Veamos: Nicaragua fue gobernada por la familia Somoza 43 años, hasta que el movimiento sandinista, liderado por Daniel Ortega, echó del poder al tercero de la dinastía Somoza... ¡sólo para ponerse en su lugar! Ahora “cogobierna” con su esposa, reuniendo más de 25 años en el poder.
Nicaragua salió de un dictador para que entrara otro. Mismo caso el de Venezuela. Nicolás Maduro es el heredero del régimen chavista, al que la salud le impidió seguir con el propósito de mantenerse en el poder en esa república hermana. Sin embargo, Maduro continúa con esa intención, independientemente de los resultados que arrojen las elecciones en su país.
Él seguirá en el poder, sostenido por las fuerzas armadas que comanda el general Vladimir Padrino. ¿Las elecciones? ¡Bien, gracias! Ejemplos sobran. ¿Qué tal el otro Vladímir? El de Rusia. Con las medidas parlamentarias que ha tomado, podrá seguir en el poder hasta el 2030. O, si prefiere, veamos el ejemplo de Cuba. ¿Cuántos años se juntan entre Fidel, Raúl y Díaz-Canel? ¡Casi 70 años! Y ya ni hablar de las coincidencias que estos gobernantes tienen en sus formas de gobernar.
PUEDES LEER: La vida es una tómbola
Podemos ser críticos en muchas cosas. El periodismo es un espacio revisor de los hechos, pero también tiene el deber de ser objetivo y reconocer el trabajo político. La presidenta Sheinbaum ha dado un paso muy importante en la democratización de la vida política nacional.
Y para quien no quiera entender el mensaje de la iniciativa, está el comentario realizado por la propia jefa del Estado mexicano: “Se verá muy mal quien herede un cargo de elección popular en 2027.” O, como decía mi abuela: “Te lo digo Juan, para que lo entiendas Pedro.”