En 2025, México ha sido testigo de un alarmante aumento de casos de tos ferina, una enfermedad respiratoria altamente contagiosa provocada por la bacteria Bordetella pertussis. El número de casos en nuestro país aumentó más de mil 400 por ciento debido a que durante los dos primeros meses de este año ya se confirmaron 288 contagios, frente a los 19 que se registraron durante el mismo periodo de 2024.
Con una cifra que crece rápidamente, la alerta epidemiológica emitida por las autoridades de salud del gobierno mexicano pone de relieve la urgencia de tomar medidas para controlar la propagación de la enfermedad.
La tos ferina afecta principalmente a los recién nacidos, con la mayoría de los casos reportados en menores de un año. Lamentablemente, la enfermedad ha cobrado la vida de al menos un bebé, lo que refuerza la gravedad de la situación. El incremento en los casos de tos ferina no es exclusivo de México; otros países del continente, como Estados Unidos, Brasil y Colombia, también han reportado repuntes de la enfermedad.
Este repunte puede atribuirse principalmente a dos factores: la caída en las tasas de vacunación y el resurgimiento de enfermedades que se habían considerado controladas. Durante la pandemia de COVID-19, las campañas de vacunación y la vigilancia epidemiológica se vieron afectadas, lo que llevó a un retroceso en los esfuerzos preventivos contra diversas enfermedades, incluida la tos ferina.
Además, el rechazo de algunas personas a vacunar a sus hijos, a menudo por motivos ideológicos o falta de acceso a servicios de salud, ha contribuido al aumento de la vulnerabilidad de la población frente a estas infecciones.
La vacunación sigue siendo la herramienta más eficaz para prevenir la tos ferina. En México, las autoridades sanitarias han intensificado las campañas de vacunación, enfocándose en los niños menores de un año y en mujeres embarazadas a partir de la semana 20 de gestación, para proteger a los recién nacidos. Es crucial que los padres revisen las cartillas de vacunación de sus hijos y, en caso de que no estén al día, acudan a los centros de salud para aplicar las dosis correspondientes.
Además de la vacunación, las medidas higiénicas son fundamentales para evitar la propagación del virus. El lavado frecuente de manos, el uso de pañuelos desechables al toser o estornudar, y el evitar el contacto cercano con personas infectadas son acciones simples pero poderosas para frenar el contagio. En el caso de los recién nacidos, se debe tener especial cuidado de mantenerlos alejados de personas con síntomas respiratorios.
El brote de tos ferina en México y otras partes del mundo es un claro recordatorio de la importancia de mantener altas las coberturas de vacunación y de no bajar la guardia frente a enfermedades prevenibles. Si bien las autoridades sanitarias están haciendo un esfuerzo notable para controlar la situación, la colaboración de cada uno de nosotros es esencial para proteger a las poblaciones más vulnerables, como los niños pequeños.
Recordemos que, como sociedad, es nuestra responsabilidad continuar luchando contra las enfermedades prevenibles, no solo por el bienestar individual, sino también por el colectivo. La vacunación no es solo una acción personal, sino un compromiso con la salud pública y el futuro de las nuevas generaciones.