Austeridad detona amenaza sanitaria

27 de Enero de 2025

Dolia Estévez
Dolia Estévez

Austeridad detona amenaza sanitaria

Dolia Estévez

El problema de fondo del ganado con gusano barrenador que entró a México por la frontera sur son los severos recortes presupuestales del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la agencia enfrentó un recorte del 42%, tendencia que continúa bajo la administración de Claudia Sheinbaum, con una reducción del 31.2% en 2025 en relación con 2024.

No sorprende, por tanto, que, por primera vez tras más de tres décadas de su erradicación, se haya registrado el hallazgo del gusano barrenador en una vaca procedente de Centroamérica.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos anunció la suspensión inmediata de las importaciones de ganado y visón que se origina en o transita por México hasta nuevo aviso.

Dos semanas después, no hay indicios de resolución. Mike Stepien, portavoz de esa dependencia en Washington, me dijo que las importaciones mexicanas se reanudarán solo y cuando “estemos seguros de que la amenaza del gusano barrenador en el ganado que cruza la frontera se ha mitigado”.

Considerada la primera línea de defensa sanitaria, la Senasica cuenta con mil 200 inspectores que no se dan abasto para revisar puertos, aeropuertos y fronteras terrestres, siendo la de Guatemala la más caótica. Las deplorables condiciones sanitarias del ganado centroamericano que entra por ese cruce son de sobra conocidas por lo que era predecible que la austeridad iba a resultar en una crisis de inspecciones. Milagrosamente los inspectores en la caseta de Catazajá, en Chiapas, interceptaron la famosa vaca infectada, pero difícilmente podrían detener una propagación mayor de la larva de esa mosca carnívora.

El debilitamiento de la Senasica llega en mal momento, pues puede reforzar la amenaza de Trump de imponer aranceles ominosos a todas las importaciones mexicanas, incluido el ganado.

Aunado al problema sanitario está la omnipresente presencia de las redes del crimen organizado y la corrupción endémica. Según Senasica, cada año entran a México de contrabando alrededor de 800 mil cabezas de ganado bovino por la frontera con Guatemala, 10% de la producción anual mexicana, según estimaciones del portal InsightCrime que en 2022 advirtió contra el impacto directo del mercado negro de ganado en la diseminación de enfermedades. Las malas decisiones presupuestarias y de política de AMLO y ahora de Sheinbaum han empeorado la situación.

Las redes criminales del tráfico ilegal de ganado no solo han provocado deforestación, violación de derechos humanos y despojo de territorios indígenas en Centroamérica, sino que podrían estar usando a las vacas como mulas para traficar cocaína.

“Análisis recientes sugieren que los narcotraficantes están transportando cocaína de Guatemala a México dentro de los órganos reproductivos del ganado”, señaló un grupo de académicos estadounidenses en la publicación sobre geografía humana Antípode.
De la investigación sobre esa posibilidad que condujeron las policías de Centroamérica en 2014, según reportó La Prensa de Nicaragua, no se supo más. Victoria Dittmar, investigadora de InSightCrime, me dijo que fue un rumor que se escuchaba bastante, pero que su equipo no encontró evidencia para corroborarlo.

El vocero del Departamento de Agricultura de Estados Unidos no respondió a mi pregunta de si el posible uso de vacas como mulas estaría también relacionado a la suspensión del ganado mexicano. No se puede descartar que el gobierno estadounidense esté optando por mantener el asunto en silencio para no desviar la atención del prioritario tema del fentanilo. Conocida es la práctica del uso de personas, muchas veces mujeres que pretenden estar embarazadas, para traficar bolsitas llenas de cocaína en el estómago. Hasta ha sido popularizada en series de Netflix (La Reina del Sur).

Si se llegara a confirmar que las vacas se han vuelto mulas, sería una nueva veta en la perversidad de los poderosos cárteles, principales beneficiados de la austeridad draconiana que socava los controles de quién y qué entra por la frontera sur.