Tras la Pandemia y, posteriormente, la guerra entre Rusia y Ucrania, el proceso de relocalización industrial, conocido como nearshoring, tomó un nuevo impulso. Se caracteriza por que las empresas multinacionales sitúan parte de su proceso productivo en países cercanos a los centros de consumo, de forma que ante alguna nueva eventualidad sea más sencillo el traslado de mercancías. La búsqueda por abatir costos de logística y transporte, así como contar con reglas estrictas de derechos de propiedad, son algunos de los temas que también han influido en este proceso.
México, por su cercanía con Estados Unidos, es un candidato idóneo para recibir a nuevas empresas que busquen abastecer este mercado. Sin embargo, no es el único. Países como Brasil, Chile y Panamá (en América Latina), así como varios países de Europa del Este y del Sudeste Asiático, también son competidores importantes en materia de Inversión Extranjera Directa (IED).
Con el propósito de hacer más atractivo el país para los inversionistas, el gobierno federal, desde la administración anterior, ha otorgado estímulos fiscales que benefician, principalmente, al sector manufacturero de exportación. Luego de darse a conocer el Plan México, se publicó un nuevo decreto con estímulos fiscales por 30 mil millones de pesos que estarían vigentes desde 2025 a 2030. Estos estímulos permiten la deducción de inversiones en activos físicos y en gastos efectuados en capacitación.
Pese a la existencia de estos estímulos desde 2023, todavía no se aprecia que estos hayan impulsado la llegada de nuevas inversiones. Al analizar la composición de la IED en 2023 y 2024 se observa que el grueso de los flujos se ha concentrado en la Reinversión de utilidades, con una participación del 73.4% y 86% dentro del total, en dicho período. Mientras que las nuevas inversiones participaron con el 13.9% y 5.8% y las cuentas entre compañías con el 12.7% y 8.2%, respectivamente (con datos al tercer trimestre de 2024). Lo anterior da cuenta de que son las empresas que ya operaban en el mercado nacional las que han aprovechado, en mayor medida, los estímulos fiscales.
Sin embargo, es importante recordar que no se requiere, necesariamente, de estímulos fiscales para atraer inversiones. Una adecuada infraestructura, un suministro confiable de energía, agua y trabajadores calificados, entre otras cosas, también son importantes. Niveles adecuados de seguridad pública, estado de derecho, certidumbre jurídica y estabilidad política y económica son otros temas relevantes en el ambiente de negocios.
Un elemento adicional que está generando incertidumbre son los aranceles que el gobierno estadounidense amenaza con imponer a las exportaciones mexicanas que llegan a su mercado. Si bien los aranceles se pospusieron por un mes, la incertidumbre que genera su posible imposición en el futuro y su condicionamiento al cumplimiento de objetivos migratorios y de comercio ilícito puede alejar las posibles inversiones que el gobierno federal buscaba atraer.
El Plan México llega en un momento de reducido espacio fiscal, de desaceleración económica y de elevadas tensiones geopolíticas y en el comercio internacional. Ante ello debemos estar pendientes de los resultados de los estímulos fiscales y de que su aplicación se eficiente y ayuden a cumplir los objetivos para los que fueron creados. Puedes consultar el análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) respecto de este tema en www.ciep.mx .