A salvar los autos

15 de Mayo de 2025

Alejandro Ángeles
Alejandro Ángeles
Experto en el mercado latino de EU y ha sido fundador de diversos medios para México y Latinoamérica.

A salvar los autos

Alejandro Ángeles

Hay muchos espantajos rondando el tema de la industria automotriz en México, tanto a nivel del consumo doméstico como de la manufactura de exportación. Lo mismo aplica para autos ligeros o de pasajeros que para camiones pesados o vehículos de uso rudo.

Tan concentrados estamos en ver árboles como “que si Tesla ha perdido valor” o “que si Nissan nos asusta con el petate del muerto diciendo que podría cerrar líneas de operación en el país”, que estamos perdiendo el bosque… es decir, no vemos la película completa de lo que está sucediendo en esta parte fundamental de la economía mexicana.

Y es que la industria mexicana es realmente un dinamo económico para México. No sólo es un generador de peso en empleos, sino que representa uno de los sectores en que México mejor compite. Simplemente en 2024, México produjo cuatro millones de vehículos (tanto ligeros como pesados), un salto de casi 6% respecto del año anterior. La cifra es enorme tanto en términos absolutos como relativos, ya que al cierre de 2023 (último dato disponible). En el mundo se fabricaron más de 93.5 millones de unidades, lo que significa que México produjo más de 4.2% de ellas.

Más allá del debate (muy pertinente) de si el empleo manufacturero en México es parte de una cadena de abuso y explotación (salarial, sobre todo), lo cierto es que las personas que trabajan en su cadena de valor están entre las mejor pagadas del país.

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De acuerdo con Talent.com, una plataforma que enlaza empresas con candidatos a empleos, el salario promedio en la industria automotriz mexicana es de 160 mil pesos anuales; es decir, más de 13 mil 300 pesos al mes, sin contar, en muchos casos, incentivos, bonos y otros ingresos.

El reto es enorme, un árbol tamaño ahuehuete si se quiere, es que esta industria, que representa al menos 17% del producto interno del país está en grave riesgo, no sólo por las amenazas arancelarias con las que amenaza Donald Trump, sino por la dinámica global de este mercado, que se inclina por productos chinos o ensamblados en regiones con costos laborales inclusive más bajos que México.

Respecto de Estados Unidos hay una dualidad: si bien puede ser una amenaza el que Trump imponga aranceles a cada automóvil que México exporta allende el Río Bravo, la oportunidad radica en que la calidad de los vehículos mexicanos es superior a la de sus pares industriales, por lo que el mercado podría apreciar esto.

Vale la pena recordar que Estados Unidos es, por mucho, el principal comprador de vehículos mexicanos. Si bien la canasta ha crecido y cada vez hay más compradores en otras latitudes, lo cierto es que Estados Unidos adquiere más de tres cuartas partes de los vehículos ligeros o pesados ensamblados acá.

Otra oportunidad es que un programa de gobierno bien diseñado podría detonar un aprovechamiento de la base instalada en el país, así como de las inversiones recientes y transferencia de tecnología que se ha detonado por empresas de todo el mundo.

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Pocos países tienen a la mano plantas y centros de desarrollo en su territorio: centros de manufactura integral, investigación y desarrollo en toda la cadena de valor, proveedores de todo cuño, origen y tamaño… y acceso, que todavía lo hay, al mayor mercadeo del mundo por medio del T-MEC, que Mr. Trump olvida haber firmado.

En este sentido, un dato que puede resultar ominoso: si Trump impone sus tarifas, ya sean del 25% o de otro tamaño, la afectación pegará en una de las ruedas de la industria mexicana, lo cual podría descarrilar nuestra economía. Si bien en el ojo Trumpiano están todos os automóviles y autopartes que México exporta, lo cierto es que entre las más susceptibles están as exportaciones mexicanas de unidades y componentes que no cumplen con las astringentes reglas de origen del T-MEC. De acuerdo con la AMIA, esto incluye más de 8% de los vehículos y 20% de las autopartes que México produce.

Otra línea de vida es el mercado doméstico. A pesar de factores como la economía doméstica, el tipo de cambio, la situación laboral de millones de mexicanos, las tasas de interés, etc., México es uno de los principales consumidores de autos, con más de 120 mil unidades vendidas en 2024.

Ante un escenario negativo en cuanto al PIB para 2025 (se espera que se contraiga), lo mejor que uno podría hacer sería comprar un auto Made in Mexico para extender lo más que se pueda el kilometraje nacional.

MILES DE METROS Y SALUD MENTAL

Y, hablando de kilometraje y para quienes gustan de ponerse los tenis y correr, ya comienza la ‘temporada grande’… pero de carreras, la cual culmina el segundo semestre del año con medios maratones y maratones completos por doquier. Si bien esta abundancia de eventos puede llegar a cansar, hay algunos que más bien son incentivos por ser parte de una buena causa.

Una de ellas es la 3ª Carrera con Causa: Rompiendo Tabúes Mentales, que se llevará a cabo el 22 de marzo en el Comité Olímpico Mexicano. Esta carrera de 5 y 10 kilómetros se llevará a cabo el 22 de marzo y la organiza la Fundación MMC, de Rocío Muñoz Cano, y respaldada por Grupo INDI, uno de los mayores conglomerados mexicanos en ingeniería y construcción. Esta iniciativa busca recaudar fondos para atender a 50 nuevos pacientes con apoyo psicológico y psiquiátrico. Más que una competencia deportiva, este evento fomenta la conciencia sobre la importancia de los tratamientos integrales, incluyendo terapias, estudios neurológicos y medicamentos especializados, y es que los trastornos mentales afectan a millones de personas y, según la OMS, podrían convertirse en la principal causa de muerte para 2030.