A propósito del hallazgo en Teuchitlán

18 de Marzo de 2025

Oscar Moha
Oscar Moha

A propósito del hallazgo en Teuchitlán

Oscar Moha

Oscar Moha

La Iglesia Católica en México pide perdón público por haber sido indiferente -como pastores- a las historias de desapariciones forzadas que la sociedad documenta todos los días. “No podemos permitir campos de exterminio en ningún lugar del mundo, porque son fruto de negligencias y complicidades sociales”, dijo monseñor Francisco Javier Acero Pérez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada.

Hizo un llamado a todos los sectores sociales y a las autoridades para que abran sus puertas a las familias que buscan a un ser querido (al cual por lo regular encuentran asesinado, torturado, calcinado, o que sigue perdido). “Ojalá todos tomáramos un pico y una pala y nos fuéramos a buscar con ellas, pero si no podemos hacerlo atendamos al menos la primera demanda que nos hacen, que es escucharlas”, dijo en su homilía.

En un comunicado, el clero comentó: “es increíble que un grupo de mujeres (buscadoras) ayuden a comprender la dinámica delictiva y los daños cometidos a nuestros jóvenes más que las propias instituciones de justicia… exigimos el compromiso de las autoridades municipales, estatales y federales para localizar y desmantelar los centros de entrenamiento y exterminio”.

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El sábado pasado, líderes de diversas religiones se reunieron en el Zócalo capitalino para llevar a cabo un reclamo a las autoridades exigiendo paz y dignidad para las familias que buscan a un ser querido. Hubo una oración comunitaria donde se pidió que el Estado haga justicia en todos los casos y termine la violencia en el país.

Organizaciones como Tejiendo Redes Infancia también se unieron a las voces de indignación al conocerse la existencia de un predio en Teuchitlán, donde al parecer se adiestraba a jóvenes para organizaciones delictivas y se incineraba de manera clandestina a los desobedientes. “Resulta preocupante que durante 14 años el Estado Mexicano no haya atendido las recomendaciones que el Comité de los Derechos del Niño de la ONU”.

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La población infantil y juvenil de las iglesias evangélicas supera en promedio el 35%. Muchos de ellos también han caído en manos de tratantes de personas, narcotraficantes y productores de pornografía infantil. Sin embargo, los líderes de las llamadas iglesias históricas cristianas como la Metodista, Bautista, Nazarena, Presbiteriana, Asambleas de Dios, entre otras, no se han pronunciado y han preferido ocultar su indignación y el daño que han hecho a sus congregaciones, quizá por temor a represalias, aunque no por el desconocimiento del secuestro de menores de edad y el reclutamiento de los mismos en ciudades fronterizas.

PALABRA DE HONOR: “El Episcopado Mexicano no tiene la información correcta… le pedimos a la secretaria de Gobernación que entre en contacto con ellos para explicarles que no es así. También vamos a informar sobre las carpetas de investigación porque hay esta idea de que hay más desapariciones que homicidios y no es verdad”, comentó la presidenta Claudia Sheinbaum, al desestimar las cifras que dio a conocer la iglesia católica respecto a índices delictivos.