Desde su creación, hace ya casi cinco años, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB) ha operado sin brújula y prácticamente a ojos cerrados. Aunque desde septiembre de 2018 debió echarse a andar el Programa Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas (PNBP), a la fecha esto no ha ocurrido.
Bajo una pesadumbre de más de 100 mil personas desaparecidas en el país, más de 31 mil 533 ocurridas en lo que va del gobierno actual, la búsqueda de personas en México se ha llevado a cabo sin un eje rector encargado de articular y guiar los esfuerzos de todas las instituciones responsables de la búsqueda, localización e identificación de las personas desaparecidas en el país.
Así lo define la propia Comisión Nacional de Búsqueda al señalar que el PNBP es el “instrumento rector de la política nacional en materia de búsqueda de personas desaparecidas y no localizadas”, es decir, que sin dicho programa la capacidad de respuesta de las autoridades encargadas no sólo de garantizar el derecho a la búsqueda sino también la atención a los familiares de las personas desaparecidas y no localizadas.
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Y es que aunque Karla Irasema Quintana Osuna, actual titular de la Comisión Nacional, ha reiterado la cantidad de “acciones de búsqueda”, que se han realizado con acompañamiento de autoridades federales y estatales, entre ellas las comisiones locales de búsqueda, así como la “crisis en materia forense”, debido a las decenas de miles de cuerpos sin identificar, lo cual recae en una responsabilidad de las fiscalías del país, incluyendo a la General de la República, el hecho de no contar con dicho programa nacional es una responsabilidad directa de la propia CNB.
›De acuerdo con lo establecido en el artículo 53 fracción I de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas referente a las atribuciones de la Comisión Nacional de Búsqueda, tiene entre sus obligaciones el “emitir y ejecutar el Programa Nacional de Búsqueda, rector en la materia, de conformidad con lo dispuesto” en esa legislación.
Si bien dicha ley fue aprobada por la Cámara de Diputados en octubre de 2017, y no entró en vigor sino hasta enero de 2018, estableciendo en su Artículo 2, apartado IV, el ordenar la creación de la Comisión Nacional de Búsqueda, así como de las Comisiones Locales de Búsqueda en las entidades federativas. Fue el 7 de marzo de ese año cuando Roberto Cabrera Alfaro asumió como primer comisionado nacional de búsqueda, desempeñándose en el cargo apenas poco más de 10 meses.
Considerando que en el artículo tercero transitorio de la legislación vigente se establece que “dentro de los ciento ochenta días (alrededor de seis meses) posteriores a la entrada en funciones de la Comisión Nacional de Búsqueda, ésta deberá emitir el Programa Nacional de Búsqueda”, a más tardar en septiembre de aquel 2018 debió haber estado listo el programa.
Este instrumento es considerado como “una herramienta de planeación estratégica para abordar la búsqueda de personas desaparecidas y no localizadas desde un enfoque integral que defina objetivos, acciones concretas, autoridades responsables de su ejecución, mecanismos de seguimiento, parámetros de evaluación de las acciones y resultados de su implementación”, según los criterios de la actual Comisión a cargo de Karla Quintana.
Retraso de tres años
Un documento preliminar de la actual CNB al que este diario tuvo acceso evidencia que, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador “reinstaló” el Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en marzo de 2019, la Comisión Nacional de Búsqueda, en la cual fue designada como titular Karla Quintana desde el 8 de febrero de ese año, refleja un retraso de más de tres años en la consolidación del Programa Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
Dentro de las nueve fases de la Comisión para el desarrollo del PNBP, que a decir de lo establecido en la ley debió haber contado con dicho programa nacional en agosto de 2019, hasta julio de este 2022, la Comisión apenas se encontraba en la fase 4 del desarrollo del programa nacional, referente a la “implementación de mecanismos de participación”, tras haberse superado las etapas de la planificación y diseño metodológico, el diagnóstico, así como la definición de la política nacional.
Según los pasos a seguir en la cuarta fase, al mes pasado la CNB debió integrar observaciones, realizar sesiones con “actores clave” que intervienen en la creación del programa, así como la generación y convocatoria de contenidos válidos para el proceso participativo; lo cual deberá proseguir con la creación de grupos de trabajo, la integración de sus aportaciones y la edición editorial para la integración de una “versión ciudadana” del Programa Nacional de Búsqueda.
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