A dos días de que se diera a conocer que el presidente Andrés Manuel López Obrador se contagió de Covid-19, poco se sabe de su estado de salud. Más allá de las declaraciones aisladas de algunos funcionarios, la evolución del mandatario ante el virus es desconocida por la población.
Esto ha dado pie a rumores y desinformación. A las pocas horas de que López Obrador anunció haber dado positivo a la prueba de detección, la incredulidad y teorías de conspiración salieron a la luz: desde las versiones de que en realidad se trataba de una estrategia de cara a las elecciones, hasta las que aseguran que es imposible que tuviera el virus por haberse vacunado en secreto. En cualquier caso, lo que queda en evidencia es que el gobierno federal no cuenta con un manual de crisis para estos eventos.
La falta de una estrategia de comunicación e información se reflejó también entre los mismos secretarios de Estado. Durante su primera aparición a cargo de la conferencia matutina, la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero admitió desconocer el sitio donde López Obrador seguía su cuarentena, evidenciado así las fallas en la política informativa.
Al cuestionable seguimiento del estado de salud del mandatario también se unió el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien ante las preguntas al respecto, dejó en claro que no revelará ningún dato clínico “por privacidad”, aunque en este caso no se trate de un paciente regular.
Las cuentas de redes sociales del mismo Presidente tampoco han dado información relevante y únicamente han sido utilizadas para dar a conocer los asuntos de gobierno cotidianos y la retransmisión de “la mañanera”.
Cabe destacar que la salud de un presidente es asunto de seguridad nacional e interés público, de ahí que en los casos de Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, y de Jair Bolsonaro, mandatario de Brasil, cuando en su momento contrajeron el virus, diariamente se daban a conocer reportes médicos avalados por los especialistas que estaban a cargo de tratamiento.
Aunque López Obrador no es el primer líder que enferma de Covid-19, sí es el primero que ha extendido su aislamiento a la información pública sobre desarrollo de su enfermedad.